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Amando de Miguel

La pedantería del inglés mal aprendido

José Manuel Fernández me envía un hilarante documento: la traducción automática al inglés por ordenador, de una carta dictada en español. Resulta ininteligible.

Ignacio Hernández razona que "los españoles y en general los latino-mediterráneos hemos tenido fama de poco diligentes a la hora de aplicarnos al trabajo". Sin embargo no tenemos una palabra como la inglesa de procrastinate, que sería algo así como "la acción de perder el tiempo, poniendo todo el empeño en que no se note". Se pregunta don Ignacio como es que "el mundo anglosajón, tan eficiente y aplicado" dispone de esa palabra y nosotros, no. Tampoco es eso, don Ignacio. En castellano también existe procrastinar en el sentido de "diferir, aplazar algo para un mañana incierto". El verbo viene directamente del latín: procrastinare. Crastine es "el día de mañana". Cierto es que no es un término que se maneje mucho en España, pero podemos ponerlo en circulación. Ese es el sentido del famoso artículo de Larra "Vuelva usted mañana". La idea del aplazamiento sine die se trasluce en el cartelito popular de "Hoy no se fía. Mañana, sí". Es muy posible que algunos pedantes empiecen a hablar de "procrastinar" creyendo que lo traducen del inglés y olvidando la raíz latina.

José María Carrera me comenta la expresión inglesa neither fish nor flesh (= ni pescado, ni carne, ni fu ni fa). Realmente tendría que ser meat (= carne de comer), mejor que flesh (= carne corporal, de ver o tocar). Pero va mejor así por la paronomasia (semejanza de sonidos). Es una técnica que emplean mucho los refranes y frases hechas. El inglés flesh puede ser también la carne que se come, fuera del pescado o de las aves.

Según tengo entendido, el dicho original es neither fish nor fowl nor good red herring (= ni pescado, ni ave, ni un buen arenque ahumado). O también neither fish nor flesh nor good red herring. La triada alimentaria tiene que ver con los tres estados de la sociedad medieval. El pescado (fish) era para los clérigos. La carne (fowl o flesh) era para los nobles y los burgueses. Los arenques (red herrings) eran para la gente humilde. De tal modo es así que la frase entera indica que algo es insustancial, que no vale para nadie, por ejemplo, la verdura. Algunas hortalizas se utilizan como material para insultar o despreciar: calabaza, pepino, berza, etc. Lo que no es ni carne ni pescado es algo insustancial.

En español "ni carne ni pescado" significa algo parecido: algo sin sustancia, indefinido. En la sociedad tradicional los que comían carne y pescado eran los ricos con bula para "promiscuar" (mezclar esos dos alimentos suculentos). Tomaban pescado los que guardaban la norma de la abstinencia (de carne). Así pues, "ni carne ni pescado" era la verdura insípida, "ni chicha ni limoná". Chicha era, otra vez, la comida jugosa. Aunque también puede ser la bebida alcohólica de algunos países iberoamericanos (una especie de sidra de maíz y otros vegetales). La voz chicha más bien se basa en la onomatopeya de chi, el agradable ruido que hace la carne en la brasa. De ahí salchicha y chicharrón.

Javier Velázquez (Jerez de la Frontera, Cádiz) aporta algunos terminachos de la jerga naval procedentes del inglés. Por ejemplo, en la zona de Rota, la patrulla es "la pica" (= pick up, por el vehículo todo terreno). Un personaje simpático es el caimán (= key man, el encargado de las llaves). Los guardamarinas españoles, cuando llegaban a Estados Unidos, pedían en las cafeterías sombrero con bota (= some bread and butter, un poco de pan con mantequilla) y se hacían entender.

José Manuel Fernández me envía un hilarante documento: la traducción automática al inglés por ordenador, de una carta dictada en español. Resulta ininteligible. Así, gratuito no lo traduce por free sino por "gratuitous". Habla de "fabric industrial Spaniard" que intenta ser "fabricación española", pero que no lo consigue. El "for medium from" quizá pretenda equivaler a "por medio de". Y así disparate tras disparate. ¡Y luego dirán que los ordenadores son inteligentes!

Yolanda de Gregorio me pregunta: "¿En qué medida la traducción del inglés puede servir de instrumento útil en el aprendizaje del inglés como segunda lengua?". Me parece un método excelente. Traducir bien es un ejercicio difícil que ayuda muchísimo a comprender la lengua propia. Aunque parezca extraño, el conocimiento del inglés ayuda a filtrar mejor los anglicismos innecesarios o pedantes.

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