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Alberto Recarte

Su entrega a los nacionalistas catalanes

El Gobierno intentará una política de hechos consumados, para que sólo haya una OPA, la de Gas Natural, para conseguir que gane y que cuando haya resoluciones europeas, si son contrarias al veto sobre E.ON ya se haya producido la desaparición de Endesa.

Introducción
 
El Gobierno de Rodríguez Zapatero continúa interviniendo para lograr que Endesa sea adquirida por Gas Natural. Es evidente, a la vista de las declaraciones de personajes como Maragall, Rubalcaba y del contenido del Pacto del Tinell, que entregar Endesa al control final de La Caixa es parte del compromiso de Rodríguez Zapatero con los nacionalistas catalanes; un complemento al otorgamiento de un estatuto para esa autonomía, que es inconstitucional, tanto en su tramitación parlamentaria como en su contenido.
 
I) La nueva OPA de la alemana E.ON
 
La nueva OPA de la empresa alemana E.ON ha sorprendido, incomprensiblemente, al Gobierno de Rodríguez Zapatero quien, según las informaciones que tenemos, amenazó a políticos y empresarios alemanes con modificar la regulación del sector eléctrico y las competencias de los organismos reguladores españoles –básicamente la CNE– para impedir que llegara al mercado esta nueva OPA.
 
La aprobación de varios decretos-leyes el pasado 24 de febrero es la respuesta política del Gobierno de Rodríguez Zapatero a dicha oferta. Iniciativas legales de probable carácter inconstitucional, por tratarse de leyes que tienen por objetivo afectar los intereses de una sola persona, jurídica en este caso, no la regulación de los intereses generales. Por otra parte, es dudosamente constitucional la utilización de decretos-leyes en este caso, porque no hay razones de urgencia que lo justifiquen. Asimismo, no se respeta la legislación comunitaria, que tiene por objetivo el mantenimiento del mercado único europeo, ya que introduce elementos proteccionistas que rompen la misma esencia de la Unión Europea: garantizar la libre competencia en el ámbito de ese mercado. La Comisión europea ha advertido al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero que esa nueva legislación podría ser contraria a las leyes comunitarias y que denunciaría ese quebrantamiento legal a los Tribunales europeos. Las advertencias han sido inútiles: el Gobierno socialista ha intensificado su actividad sectaria para favorecer a La Caixa-Gas Natural, probablemente por compromisos políticos y pago de favores económicos previos al Partido Socialista de Cataluña. En estos momentos, el Gobierno pretende coaccionar a E.ON, o a cualquier otra empresa que esté pensando en presentar una nueva OPA por Endesa, para que se retire de la puja. El objetivo es que sólo haya una OPA, la de Gas Natural, lo que le permitiría ofrecer un precio mucho más reducido que aquel al que se ve abocada a ofrecer en este momento, una vez que E.ON ha puesto 27,5 euros por acción encima de la mesa.
 
II) La reacción del Gobierno de Rodríguez Zapatero
 
Es muy probable que si La Caixa y Gas Natural no estuvieran dirigidas por el Gobierno de Rodríguez Zapatero y el de Maragall habrían retirado hace tiempo su OPA, porque su oferta partía de la base de lograr Endesa pagando solamente con acciones de Gas Natural y desembolsando alrededor de 8.000 millones de euros, que se conseguían con un endeudamiento temporal, pues, lo previsto, era devolverlos vendiendo activos de la propia Endesa una vez ejecutada dicha OPA. Una oferta, pues, que salía gratis a La Caixa-Gas Natural, a imagen y semejanza de lo que ha ocurrido en el pasado con otras adquisiciones industriales de la caja catalana.
 
Hoy se ven obligados a continuar en la operación porque para Rodríguez Zapatero perder este envite es perder poder, tras haber forzado a todos los organismos reguladores a que acepten la OPA de Gas Natural o a ignorar sus resoluciones, como en el caso del Tribunal de Defensa de la Competencia, con el consiguiente destrozo institucional; perder ahora, después de perder también el intento de ocupación del BBVA, sería una confirmación de que todo un gobierno, actuando ilegalmente en todo el proceso, ha fracasado. Esa sensación de fracaso la habría manifestado el propio Rodríguez Zapatero, si es cierta la filtración de sus palabras al consejero delegado de E.ON: “Éste es el tema más importante con el que me he encontrado desde que soy presidente del gobierno”. Si estas palabras fueran ciertas sería terrible, porque pondría de manifiesto una escala de valores que no nos merecemos los españoles. Porque el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha puesto en duda, en apenas dos años, la transición democrática, la Constitución de 1978 y la propia nación española. Pero a Rodríguez Zapatero le parece más importante que triunfe la OPA de Gas Natural sobre Endesa, porque a este malévolo gobernante que nos ha tocado en suerte lo que le importa es el poder. Incluso si mantenerlo significa romper España.
 
III) Las consecuencias para España
 
¿Qué ocurre a partir de ahora, tras la aprobación de esos decretos leyes el pasado 24 de febrero de 2006?
 
1º)  Consecuencias jurídicas
 
La CNE podría vetar la OPA de E.ON y las eventuales de cualquier otra empresa no española. Pero, es posible, a su vez, que la Comisión Europea dictaminara ese veto como ilegal, lo paralizara y lo denunciara a los Tribunales europeos. También es posible que el Tribunal de Luxemburgo decidiera la demanda de competencia que tiene planteada condicionado, se quiera o no, por las continuas intervenciones políticas del gobierno de Rodríguez Zapatero, que las competencias para dictaminar sobre la OPA de Gas Natural es de ámbito europeo y no español, como decidió inicialmente la comisaria de Competencia.
 
El Gobierno de Rodríguez Zapatero intentará una política de hechos consumados, para que sólo haya una OPA, la de Gas Natural, para conseguir que gane y para que cuando haya resoluciones europeas, si son contrarias al veto sobre E.ON ya se haya producido la desaparición de Endesa, a imagen y semejanza de lo que ocurrió con la sentencia del Tribunal Supremo español en el caso de la compra de Antena 3 por parte de la SER.
 
2º)  Consecuencias políticas
 
El coste para España y la economía española del sectarismo del Ejecutivo presidido por Zapatero es ya incalculable.
 
En el plano político España, enemiga declarada de Estados Unidos, acaba de ganarse la enemistad de Alemania, del reconstituido eje franco-alemán, y tiene en contra a los gobiernos de otros muchos países europeos, que han aceptado en sus territorios importantísimas inversiones de empresas españolas.
 
España, hoy, está tan aislada políticamente como en la época franquista. Aislada de Estados Unidos, tras la traición y la mentira de Rodríguez Zapatero respecto a las condiciones de la salida de nuestro ejército de Irak. Aislada del Reino Unido, tras manifestarse en público la consideración que le merece al Sr. Bono el Sr. Blair (ese “gilipollas”). Aislada de los países del Este de Europa, aliados de España durante el gobierno de Aznar, a los que el Gobierno español abandonó en pleno proceso de negociación de la fallida constitución europea y aislada de Alemania, tras las declaraciones de Rodríguez Zapatero sobre Angela Merkel ("una fracasada") y por supuesto tras la reacción a la OPA de E.ON. Aislada de Francia, pues la apuesta por Chirac ha resultado fallida y las relaciones con el probablemente presidente Sarkozy son horrorosas. Por el contrario, hemos estrechado lazos con la Cuba de Castro, la Venezuela de Chávez, la Argentina de Kirchner y, ahora, la Bolivia de Evo Morales, por más que en esos países se nos vilipendie, y se hurten los activos de las empresas españolas que han invertido en esos países en el pasado.
 
Pero al Gobierno de Rodríguez Zapatero no le importa el aislamiento internacional; tiene el ejemplo de Castro, Chávez, Kirchner y Morales, a los que tampoco les importa. Porque saben que el poder de los gobernantes es mayor si la población se empobrece y se rompen los lazos con el exterior.
 
3º)  Consecuencias económicas
 
Las empresas españolas con capacidad para internacionalizarse van a tener muchas más dificultades para llevar a cabo inversiones en todos los países desarrollados del mundo.
 
Las empresas extranjeras con inversiones en España van a replantearse su permanencia en nuestro territorio. Porque lo que no se tolera por ningún inversor, tras las experiencias de Rusia, al este de Europa y Latinoamérica, es la inseguridad jurídica. El Gobierno de Rodríguez Zapatero no sólo genera inseguridad jurídica, está demostrando su sectarismo en lo económico, favoreciendo a las empresas amigas y perjudicando a las que no se pliegan a sus designios. Una actuación tan arbitraria puede, por otra parte, acelerar el inevitable proceso de deslocalización de algunas actividades. ¿Se imaginan ustedes las reflexiones del Consejo de Administración de empresas como Volkwagen respecto a si invertir más en SEAT o desplazar la actividad a otros países que pueden ser más baratos? Unas inversiones, paradójicamente, situadas básicamente, en este caso concreto, por el que se interesó el ministro Montilla, en Cataluña.
 
¿Habrá más inversiones extranjeras en España? Ciertamente será más difícil que haya inversiones significativas. El inversor es capaz de aceptar, valorar y tomar decisiones sobre el riesgo, pero frente a la incertidumbre, sobre todo la provocada por decisiones políticas sectarias, los inversores, mayoritariamente, se abstienen. No invierten.
 
Y, por supuesto, hay un daño directo al patrimonio de los accionistas, en este caso de Endesa, que ven limitadas sus opciones por decisiones políticas, sin ningún tipo de compensación. El Gobierno, tras repetir que quería que el mercado decidiera, cuando en ese mercado ha aparecido un comprador que compite con su compañía amiga interviene y limita el derecho de propiedad de todos los accionistas de Endesa.
 
Conclusión
 
En apenas seis meses, desde septiembre de 2005 hasta hoy, el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha demostrado de lo que es capaz para mantener un poder sobre el que no acepta limitaciones ni condicionamientos, digan lo que digan nuestras leyes. Ha demostrado, también, que está dispuesto a amedrentar a todos los que se atrevan a discutir cualquier actuación de ese gobierno.
 
Paradójicamente, sin embargo, a los siempre bienpensantes dirigentes empresariales y los propietarios de pequeñas, medianas y grandes empresas, les ha dado un ejemplo indiscutible de su falta de respeto por la Constitución, por el orden jurídico interno, por las instituciones y por la propia propiedad privada. Ya no es necesaria una argumentación elaborada para explicar que  Rodríguez Zapatero encarna en Europa lo peor del populismo latinoamericano. Es suficiente repasar su actuación política, legislativa y económica desde que se planteó la OPA de Gas Natural a Endesa.
 
Está por ver si la sociedad civil española es más fuerte que la venezolana, que intentó resistir –pero fracasó– el acoso del gorila rojo. La diferencia puede estar en el comportamiento de la oposición política: en Venezuela actuó dividida, en España nuestra única posibilidad es que el Partido Popular defienda la Constitución, en soledad parlamentaria, pero con el apoyo de muchísimos españoles, y cada vez es mayor –afortunadamente– el número de los que se dan cuenta de la falta de ética y del sectarismo de un gobierno que no es, desgraciadamente, el de todos.

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