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EDITORIAL

Dos años después, queremos saber

Dos años después, lo que se ignora es mucho más de lo que se conoce. Quizá sea el momento de que las personas de bien, aquellos cuya curiosidad no se extinguió la noche del 14 de marzo de 2004, empiecen a exigir.

Dos nuevos hallazgos de El Mundo esta semana se han sumado a la catarata de revelaciones que sobre el mayor atentado de la historia de España llevamos realizando, casi en exclusiva, el diario de Pedro J. y Libertad Digital. Ya hace dos años que, poco después de las siete y media de la mañana, varios trenes de cercanías que se dirigían hacia el centro de Madrid reventaron. Aquel día, 192 personas fueron asesinadas y otros cientos heridos por el único delito de vivir y trabajar en una nación libre.

Al final de aquel día, comenzaron algunos medios a propagar la noticia premiada por el Ondas de que se habían encontrado terroristas suicidas. Apareció entonces una mochila cargada de dinamita en una comisaría de Vallecas, que se pensó que había llegado hasta allí proveniente de los trenes. En ella se encontraron las pruebas que condujeron a las primeras detenciones, dos días después del atentado. Cuatro de aquellas cinco personas están hoy en libertad.

Desde entonces, la investigación periodística ha descubierto que aquella mochila no estuvo nunca en los trenes, que el explosivo empleado no era sólo dinamita y que no existen pruebas contra ese quinto detenido que aún hoy sigue en prisión. También que muchas otras pruebas y supuestos cerebros del atentado con los que se nos ha intentado convencer de que la "versión oficial" era cierta han sido fabricados. Esta semana hemos sabido que el culpable oficial, El Chino, tenía como amigos a los etarras que conducían la segunda caravana de la muerte, la que "casualmente" partió el mismo día que la que transportó la dinamita de Asturias; y que el comisario que preparó su comparencia ante la comisión del 11-M en la sede socialista de Gobelas prohibió revelar este hecho. Y que el coche que se encontró en Alcalá en junio de 2004 nunca fue utilizado por los terroristas, y las pruebas en él encontradas fueron preparadas ex profeso. Es a quienes publican estas pesquisas a los que, según se escucha en un medio progubernamental del mismo grupo del que aseguraba que había terroristas suicidas, "hay que poner coto", no sabemos con qué métodos.

El Gobierno, por su parte, sigue creyendo que los ciudadanos españoles no leen ni escuchan nada a lo que no hayan otorgado el nihil obstat. Hoy, la vicepresidente insistía en la tesis de que ya "se sabe prácticamente todo" lo relacionado con el atentado del 11-M, tal y como aseguró Zapatero en la comisión. Quizá sea el momento de que el PP le exija a De la Vega que, dado que es la única que parece conocer con precisión los hechos, los explique a todos los españoles en un pleno del Congreso. Así sabríamos todos qué hay de cierto en esa afirmación, y se podrían exigir responsabilidades por aquello que se demuestre falso.

Los manifestantes que "espontáneamente" se concentraron ante las sedes del PP el día de reflexión exigían "saber la verdad antes de votar". Dos años después, lo que se ignora es mucho más de lo que se conoce. Quizá sea el momento de que las personas de bien, aquellos cuya curiosidad no se extinguió la noche del 14 de marzo de 2004, empiecen a exigir lo mismo. Aunque las elecciones sean las que, salvo imprevistos, aún tardarán otros dos años en llegar. Se lo debemos a 192 inocentes.

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