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Carlos Rodríguez Braun

Tolerancia

En su manía de acosar a los ciudadanos y de discriminar sin límite entre ellos, los socialistas revelan que lo que realmente no pueden tolerar es la libertad.

Álvaro Cuesta, secretario de Política Municipal del PSOE, dijo: "No se puede tolerar que un ciudadano pague lo mismo por el piso en el que vive que el que lo tiene vacío e improductivo".

Los socialistas utilizan la expresión "tolerar" en tres sentidos distintos. Primero, cuando presumen de ser más tolerantes que sus adversarios, siempre denostados por ser intolerantes, es decir: malvados, al no ser como los socialistas. Segundo, cuando son los propios socialistas los que no toleran algo, en cuyo caso son intolerantes los que se oponen a la intolerancia socialista. Tercero, y como si no fuera todo esto suficiente narcisismo, hablan de "tolerar" para referirse a algo malo que existe porque alguien perverso (o sea, no socialista) lo tolera, con lo que es necesario que venga un socialista, deje de tolerarlo, y lo malo desaparezca.

Esta última acepción se observa en la afirmación de don Álvaro Cuesta, que apunta a algo muy malo que existe porque alguien lo tolera, con lo cual es bueno que un socialista deje de tolerarlo. Y lo malo es que los ciudadanos paguen los mismos impuestos por sus pisos.

Los socialistas detestan la noción básica de igualdad de una sociedad libre: la igualdad ante la ley. En vez de ello, siempre anhelan igualar a los ciudadanos mediante la ley, tratándolos por desigual. Este objetivo, que amplía el poder político, se alcanza mediante las falacias más absurdas, como, por ejemplo, que es muy malo un piso "vacío e improductivo", y por eso está legitimado el poder para castigar más a los ciudadanos en este último caso.

No es evidente que un piso vacío sea improductivo. De hecho, y propiciado por las intervenciones políticas en términos de disponibilidad de suelo y de fiscalidad del ahorro, tener un piso vacío ha sido espectacularmente productivo en España. Sólo es "improductivo" el piso según la mentalidad de don Álvaro, que igual pretende hacernos creer que el problema de la vivienda sólo se debe a que la gente tiene muchos pisos vacíos. No sería la primera vez que los socialistas recurren a esta ridícula excusa para eludir sus responsabilidades y justificar sus usurpaciones.

En su manía de acosar a los ciudadanos y de discriminar sin límite entre ellos, los socialistas revelan que lo que realmente no pueden tolerar es la libertad.

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