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Isaac Katz

El coste de los monopolios

La ineficiencia y alto coste de los monopolios repercuten en precios más altos en todos los demás productos y servicios adquiridos por los consumidores, a la vez que inhiben el proceso de crecimiento económico, creación de empleos y aumento de salarios.

En México existen varios sectores económicos donde predominan los monopolios y las prácticas monopólicas, incluyendo al sector de telecomunicaciones dominado por la empresa privatizada Telmex. Monopolios y prácticas monopólicas existen en las áreas de actividad reservadas al Estado, como el petróleo, la electricidad, correos y telégrafos; pero también los observamos en el transporte aéreo de pasajeros, transporte marítimo de cabotaje, notarios, provisión de agua potable en las zonas urbanas, el transporte público de pasajeros en la mayor parte de las ciudades del país, la distribución de cerveza y refrescos bajo contratos de exclusividad, el condicionamiento a la contratación de trabajadores bajo la cláusula de exclusión sindical y más en muchas otras actividades. México es un país donde la regulación de los mercados es excesiva, ineficiente y costosa porque impone enormes barreras a la entrada de nuevas empresas a los mercados y se obstaculiza la competencia.

El mayor coste de los monopolios y de las prácticas monopólicas es que los consumidores experimentan una pérdida de su bienestar al tener que pagar precios más altos que los que regirían si los mercados fuesen competitivos, además de que la cantidad disponible del bien producido bajo esquemas monopólicos es siempre menor a la que se lograría bajo la libre competencia.

Los ejemplos abundan. Las tarifas que cobra Telmex a sus clientes son de las más altas de la OCDE, debido a la protección reguladora que goza. Además, la política de restringir la expansión de la telefonía fija prácticamente obliga a los demandantes de servicios telefónicos a utilizar la telefonía celular que, por minuto, es notoriamente más cara, lo cual representa un coste adicional para los consumidores.

Otro ejemplo es la aviación comercial interna, donde por kilómetro pagamos una de las tarifas más altas del mundo. Por su parte, los monopolios públicos que ofrecen tarifas relativamente bajas, además de su mal servicio, esconden la transferencia del dinero de impuestos para cubrir sus gastos de operación. Ese es el caso de la electricidad, correos, los servicios de agua potable, etc.

La ineficiencia y alto coste de los monopolios repercuten en precios más altos en todos los demás productos y servicios adquiridos por los consumidores, a la vez que inhiben el proceso de crecimiento económico, creación de empleos y aumento de salarios.

¿Cuánto más productivas serían las empresas mexicanas si, en lugar de verse forzadas a comprar insumos ofrecidos por monopolios como la electricidad, los servicios de telefonía e Internet y otros, los pudiesen adquirir en mercados competitivos? ¿Cuánto mayor sería entonces la participación de empresas mexicanas en los mercados internacionales? ¿Cuánto más crecería la economía mexicana? ¿Cuánto más altos serían los salarios reales? ¿Cuánto más alto sería el bienestar de la población?

La existencia de monopolios estatales se basa en una distorsionada visión de soberanía nacional y los monopolios privados se deben, en gran medida, a que nuestros gobernantes le han asignado históricamente muy poco valor a la libertad de la cual debemos gozar todos los consumidores para elegir qué es lo que más nos conviene. Los monopolios privados protegen sus intereses y sus rentas extraordinarias a través de sus relaciones y contactos con el ente regulador. Pero, ¿quién protege a los consumidores? Eso sólo se logra cuando los mercados son competitivos y nos permiten ejercer nuestra libertad de elección.

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