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Juan Manuel Rodríguez

Relatos de Grandes Maestros del ajedrez

Topalov es un campeón activo, que no tiene miedo a la derrota y que, a diferencia de otros, no ha vivido encerrado en una urna de cristal.

Kirsan Iliumjinov acaba de anunciar que Veselyn Topalov y Vladimir Kramnik disputarán un encuentro a doce partidas por el título mundial de ajedrez en Elista, Rusia, del 23 de septiembre al 13 de octubre. Cualquier especialista objetivo diría que este movimiento del Gran Maestro búlgaro es valiente y arriesgado. Y como probablemente no lo diga nadie, ahí está para gritarlo a los cuatro vientos Sylvio Danailov, su mano derecha, que ya ha dejado bien claro que Topalov es un campeón activo, que no tiene miedo a la derrota y que, a diferencia de otros, no ha vivido encerrado en una urna de cristal. Topalov es el actual campeón de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) y ocupa también la primera posición en el ránking ELO, (sistema de clasificación utilizado por la FIDE desde 1970 y que mide la "fuerza" de un jugador) pero Krámnik venció a Garry Kasparov en el año 2000 en Londres y cree que él sigue siendo el legítimo campeón mundial. Quien pensara que todo se había solucionado tras el Mundial disputado en San Luis estaba equivocado. Ojalá en Elista se cierre definitivamente el cisma.
 
La nueva normativa de la FIDE permite que un jugador con más de 2700 puntos en las listas ELO rete a Topalov, y ése es el caso de Krámnik. Y también de Anand, Aronian, Svidler, Leko, Ponomariov, Morozevich y un largo etcétera. Tan largo que, si alguien se toma la molestia de revisar la actualización correspondiente al mes de abril del ránking ELO ,se topará con la curiosidad de ver a Robert J. Fischer todavía en la cuarta posición. La FIDE clasifica al Gran Campeón estadounidense dentro del apartado de los "inactivos", o sea aquellos jugadores que han disputado menos de cuatro partidas en dos años, aunque curiosamente le sigue considerando el cuarto ajedrecista más fuerte del mundo sólo por detrás de Kasparov, Topalov y Anand. Lo último que se supo de Boby Fischer es que el gobierno japonés lo había liberado tras permanecer nueve meses en la cárcel y que su próximo "destierro" sería Islandia, país que le había otorgado la nacionalidad. No parece, por lo tanto, que tenga previsto retar próximamente a Topalov por muchos puntos ELO que le otorguen.
 
El duelo entre Topalov y Krámnik tendrá su morbo, pero nada es comparable a aquellas míticas partidas que jugaron Emanuel Lasker y José Raúl Capablanca, o las que disputó éste último con Alexander Alekhine. Savielly Tartakower, otro Gran Maestro, dijo que si el ajedrez era lucha el mejor era Lasker; si era una ciencia, el mejor era Capablanca; pero si lo considerábamos un arte, el mejor era Alekhine. Dicen que el torneo organizado en 1938 por la AVRO (Algemeine Veerninging Radio Omroep, una radio holandesa) ha sido el más duro de toda la historia. Reunió a los ocho mejores ajedrecistas del mundo, desde Reuben Fine hasta Paul Keres, pasando por Mijaíl Botvínnik. La tensión era tal entre el cubano y el ruso que Capablanca tuvo que ofrecerle tablas a Alekhine a través del director del torneo. Un año más tarde, en la clausura de la Olimpiada de Buenos Aires, Alekhine abandonó furioso el salón cuando todos los presentes ovacionaron a Capablanca. Aquellas sí que eran riñas de postín. Y a pesar de que el ajedrez es vanidad, (Alekhine dixit) nada más enterarse de la muerte de Capablanca, el gran maestro ruso dijo lo siguiente de su gran rival: "Nunca volverá a existir un genio igual".

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