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Carlos Semprún Maura

Resaca y bloody mary

La prensa drogadicta afirma que esas verificaciones han puesto de manifiesto la insuficiencia de ordenadores en las facultades. Si hubiera habido más, los estudiantes hubieran podido destruir más, y los pobres, claro, han quedado defraudados.

Las universidades, facultades y liceos, después de semanas de ocupación y bloqueo, abren sus puertas y reanudan sus cursos; algunas incluso se saltan las vacaciones de Semana Santa para recuperar el tiempo perdido. De todas formas los exámenes se retrasarán, algunos quince días, otros hasta septiembre. La prensa resalta los destrozos materiales causados por los "okupas", los muebles, libros y ordenadores destrozados. Las primeras verificaciones contables cifran en dos millones de euros, por lo menos, el coste de dichos destrozos. Pero la prensa drogadicta afirma que esas verificaciones han puesto de manifiesto... ¿qué? ¿La bestialidad de los estudiantes? ¡Ni hablar! La insuficiencia de ordenadores en las facultades. Si hubiera habido más, los estudiantes hubieran podido destruir más, y los pobres, claro, han quedado defraudados. También los políticos echan cuentas: ¿quién ha ganado? Todos, dicen algunos. Nadie, dicen otros. "Ni vendedores, ni vencidos", dijo el presidente Chirac, que se ha ido a El Cairo para bailar la sardana con Mubarak. La verdad es que todos han perdido, salvo los sindicatos que han logrado que no se toque su fortaleza burocrática y antidemocrática. Hay que meterse en la cabeza de una vez que los sindicatos en Francia, como en España, son fuerzas reaccionarias, y que sin el apoyo estatal no representarían a nadie.

Todos han perdido –y el gobierno hasta el honor–, pero todos esperan sacar tajada de los disturbios, cara a lo único importante para los ambiciosos: las presidenciales de 2007. Se creen que la constitución de la V República sigue vigente, cuando la primera cohabitación Mitterand-Chirac la mató, y las siguientes, Mitterand-Balladur y Chirac-Jospin, la remataron, y el presidente que, en principio, tiene el poder supremo, se convierte en potiche o florero. No me gusta ni el "poder supremo", ni el florero, pero lo que tenemos a la vista, señores, es una nueva cohabitación.

Esto no le impide a Bernard Kouchner, en una tribuna de Le Figaro, presentarse como el Romano Prodi galo, y loando la consulta popular para designar el candidato de la izquierda antes de las elecciones, anuncia que está haciendo lo mismo en Francia, y que saldrá vencedor. Desde luego, ya que es el único y está solo. Hace como si no supiera que en Italia, la consulta, como el vencedor, el siniestro Prodi, tuvieron el apoyo hortelano del Olivo, la Margarita, el Clavel rojo, y hasta de las Flores (d’Arcais).

Otra ilusión, más seria ésta, es la de Segolène Royal. Curioso fenómeno mediático: los medios la han lanzado primero como un cohete, como una estrella, como un big-bang (tres portadas de semanarios, y varias fotos en primera plana de diarios, la misma semana), y luego fingen extrañarse de su popularidad. Ya la dan como candidata del PS, frente a Nicolas Sarkozy, en 2007. Es cierto que su nombre había salido bien situado en un sondeo antes de que la campaña mediática creara el fenómeno, esencialmente porque es mujer y guapa y no dice nada (nueva versión del machista sois belle et tais-toi. Pero no porque fuera popular, sino precisamente porque no lo era. Hartos de ver siempre a los mismos disputándose en la tele, los sondeados prefirieron "votar" a una cara linda de tercera fila, para decirles "¡Basta ya!" a los otros, barones y elefantes. Pero Segolène Royal es una mujer de aparato, y sin el aparato del PS –y aún mucho menos contra–, no podrá ser candidata. Antes de ser candidata tendrá que ganar en su partido. Los elefantes del PS no parecen muy entusiastas, y el que menos, su compañero sentimental, el "tapete eso cochino" de Hollande.

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