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Martín Higueras

Alonso, con el apoyo de todos

Más de 120.000 personas colmaron las gradas del circuito, la gran mayoría de ellos apoyando a Alonso. Algo realmente increíble y muy similar de lo que se vivía en Interlagos por Senna.

Lo vivido este domingo en Montmeló ha logrado entrar en la historia de la Fórmula Uno con el primer español en ganar el GP de España. Fernando Alonso ha tenido todo a su favor y, aunque a él no le guste mucho reconocerlo, también gracias a la ayuda de Renault que esta vez acertó plenamente en la táctica y en una perfecta puesta a punto del monoplaza que logró un mejor desempeño que los propio Ferrari, teóricamente los mejores de la parrilla con una velocidad punta superior al resto.
 
La clave del triunfo de Alonso estuvo en el primer tercio de la carrera. El asturiano literalmente voló sobre el asfalto consciente de que la única manera de vencer a Schumacher era dándolo todo. Y así lo hizo. Vuelta a vuelta y segundo a segundo, el español pudo establecer una ventaja suficiente como para realizar su primera entrada a boxes y salir bastante cerca de los primeros. El resto de la carrera no tuvo muchos sobresaltos porque Alonso mantuvo siempre la ventaja y el Ferrari de Schumacher no pareció en ningún momento amenazar el sólido primer lugar del español. Primera victoria en "su" gran premio, a lo que, sin ninguna duda, vendrán otras.
 
Lo que ha dejado claro este GP es que el Mundial se definirá sólo entre Alonso y Schumacher. No hay duda de que McLaren volverá a ser competitivo y que presentará nuevas evoluciones de un motor que por el momento no ha podido estar a la altura de Renault y Ferrari. Además, este domingo la diferencia entre éstas dos últimas escuderías y el resto de la parrilla ha sido monumental. Apenas a cinco vueltas de carrera, los cuatro pilotos ya estaban con una diferencia bastante significativa con respecto al resto. Honda se ha desinflado y un prometedor Rosberg también. Una pena para la competición que se preveía más igualada.
 
Mención aparte es el marco que ha presentado el GP. Más de 120.000 personas colmaron las gradas del circuito, la gran mayoría de ellos apoyando a Alonso. Algo realmente increíble y muy similar de lo que se vivía en Interlagos por Senna. Es este apoyo el que tiene también que agradecer. Pero también el de muchos otros. Y no incluyo a la prensa ya que para él, según sus propias palabras, es una de las cosas que menos aguanta en España. Pero esto realmente no importa ya que lo principal es poder contar y narrar sus victorias, cada día más convincentes.
 
Ahora se viene el mítico GP de Mónaco. Ganarlo sería para Alonso un paso más en su carrera como piloto de F1. Aparte de los mundiales que pueda ganar, lograr la victoria  en Montecarlo le daría un prestigio aún mayor y si no que se lo pregunten a Olivier Panis, de quien sólo se recuerda su triunfo a bordo de un Ligier allá en 1996. Sólo cuatro coches completaron todas las vueltas ese año. Será una carrera importante también para Schumacher. El alemán ha ganado cinco veces en este circuito (1994, 1995, 1997, 1999 y 2001). De ganar una vez más, igualaría una nueva marca, esta vez la de Senna, el auténtico dominador del GP de Mónaco con seis triunfos. Pero Alonso será su gran rival y no hay duda de que el duelo real lo veremos el sábado en la tanda de clasificaciones que se prevé caótica.
 

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