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Fundación Heritage

La ONU sigue suspendiendo en derechos humanos

A pesar de su pobre historial de derechos humanos y de la naturaleza obviamente falsa de sus compromisos, China, Cuba, Pakistán y Arabia Saudí lograron conseguir apoyos de la mayoría de la Asamblea General y fueron elegidos como miembros del Consejo.

Brett D. Schaefer

El Secretario General de la ONU, Kofi Annan, llama al nuevo Consejo de Derechos Humanos "una gran oportunidad para empezar otra vez de cero". Tiene razón. Y es una lástima pero parece que va a desperdiciar esa oportunidad.

El año pasado, horrorizados por la ineficacia de la Comisión de Derechos Humanos (usada por los que violaban los derechos humanos para protegerse del escrutinio o de sanciones), Estados Unidos y otros países, interesados en hacer de la ONU un cuerpo más efectivo en fomentar los derechos humanos, lideraron una propuesta para reemplazar a la desacreditada comisión.

Pero cuando se presentó el nuevo consejo, quedó claro que los peores violadores de derechos humanos entre los estados miembros de la ONU habían logrado paralizar el nuevo organismo bloqueando cualquier criterio significativo para ser miembro, dejándolo en una posición vulnerable a la misma manipulación que plagó a la vieja comisión.

Sólo tres naciones –Israel, las islas Marshall y Palau– se unieron a Estados Unidos para votar contra el nuevo consejo. Significativamente, Birmania, Siria, Libia, China, Cuba, Etiopía, Sudán, Arabia Saudí y Zimbabwe votaron a favor del consejo.

Pero esto no significa que debamos abandonarlo del todo.

"Seguimos comprometidos a apoyar la histórica misión de la ONU a favor de fomentar y proteger los derechos humanos básicos de todos los ciudadanos del mundo" apuntaba el embajador de Estados Unidos para la ONU, John R. Bolton. "La verdadera prueba será la calidad de los miembros que emerjan de este consejo y si verdaderamente se ocupa de abordar los casos de serios abusos de derechos humanos en Sudán, Cuba, Irán, Zimbabwe, Bielorusia y Birmania, de manera eficaz.

Estados Unidos más bien debería tener una actitud de "esperemos-a-ver-lo-que-pasa". Anunció que no iba a buscar ser miembro en el nuevo consejo este año pero que le daría una oportunidad de demostrar lo que puede hacer aceptando contribuir a su financiación este año. Washington dijo que contemplaba la posibilidad de ser miembro en el futuro si el Consejo de Derechos Humanos excede las expectativas y demuestra ser un defensor de los derechos humanos más eficaz que la extinta comisión.

Si las primeras tendencias continúan, Washington se quedará al margen por mucho tiempo.

Los candidatos para acceder al consejo se afanaron en mostrar su compromiso con los derechos humanos, un compromiso que en muchos casos contrasta diametralmente con sus antecedentes. Por ejemplo:

  • El gobierno chino dijo, absurdamente, que como prueba de su compromiso "el Congreso Nacional del Pueblo había adoptado casi 300 nuevas leyes y regulaciones relacionadas con la protección de los derechos civiles y políticos para asegurar al pueblo chino completa libertad de movimiento, empleo, acceso a la información, creencias religiosas y formas de vida".
  • Cuba afirma que "las mujeres y hombres cubanos han alcanzado un progreso importante en el mandato de todos sus derechos humanos". Exceptuando, presumiblemente, el derecho a decir por sí mismos.
  • Pakistán declaró que "la promoción de la dignidad humana, libertades fundamentales y derechos humanos, estatus de igualdad y de derechos para los creyentes de cualquier religión así como la prohibición de discriminar por motivo de religión, raza, casta o credo, etc., están consagradas en… la Constitución".
  • Y Arabia Saudí afirma que "sigue una política de cooperación activa con organizaciones internacionales en el terreno de derechos humanos y libertades fundamentales".

Las elecciones al Consejo el 9 de Mayo demuestran claramente que no es muy diferente en lo fundamental de su fracasado predecesor. Sólo la mitad de los países elegidos, aproximadamente, son considerados "libres" según la organización Freedom House.

A pesar de su pobre historial de derechos humanos y de la naturaleza obviamente falsa de sus compromisos, China, Cuba, Pakistán y Arabia Saudí lograron conseguir apoyos de la mayoría de la Asamblea General y fueron elegidos como miembros del Consejo.

En realidad, alrededor del 20% de los 47 nuevos miembros del Consejo son considerados "no libres" incluyendo a notorios violadores de derechos humanos como Algeria, China, Cuba, Pakistán, Rusia y Arabia Saudí.

Esas cifras representan una pequeña mejora si se comparan con las de la antigua comisión. Pero el que estos estados fuesen siquiera elegidos significa que estarán en posición de inutilizar el nuevo Consejo tal y como hicieron con la vieja Comisión de Derechos Humanos.

Estados Unidos debe vigilar cuidadosamente el funcionamiento del Consejo y usar su influencia para garantizar que tome medidas enérgicas contra los violadores de derechos humanos. El Congreso de Estados Unidos debería hacer su parte analizando el funcionamiento del Consejo cuando sea hora de prorrogar la financiación de la ONU. También debería exigir que el Departamento de Estado informe sobre el desempeño del Consejo y limitar nuestra contribución si fracasa en hacerle frente a los más señalados violadores de derechos humanos.

Entonces, quizá, la "gran oportunidad para empezar otra vez de cero" de la que hablaba Annan se convierta en realidad.

Brett D. Schaefer es miembro del Centro de Comercio Internacional y Economía de la Fundación Heritage.

©2006 The Heritage Foundation
* Traducido por Miryam Lindberg

Libertad Digital quiere agradecer a la Fundación Heritage el permiso para publicar este artículo.

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