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Ignacio Villa

Un presidente descompuesto

Sus intentos de engañar al Partido Popular para que se sume a la humillación del Estado de Derecho han encontrado, en esta ocasión, una adecuada respuesta.

Esta vez, Mariano Rajoy ha ganado la partida y ha robado toda la iniciativa al Gobierno. Con un discurso fuerte y contundente ha dejado clara la posición de los populares y ha dejado en evidencia de manera atroz a los socialistas. Algo que debía haber sucedido hace una semana, pero que un cierto exceso de buenas intenciones por parte de Rajoy ha retrasado estos siete días.

Rodríguez Zapatero es consciente de que en estas últimas semanas había perdido la dirección, el mando y el timón. La iniciativa la había cedido hace mucho tiempo a los terroristas pero, políticamente, intentaba mantener el paso respecto al Partido Popular. Así estaban las cosas hasta que llegó el anuncio del inicio de las conversaciones con ETA-Batasuna, debido a las amenazas de los etarras contra el proceso. Aquello cambió el escenario.

Desde entonces, el Gobierno ha ido dando tumbos de aquí para allá. El lunes, en el Senado, Pérez Rubalcaba intentaba recomponer las relaciones con el PP; algo imposible después de días y semanas de mentiras, falsedades y filtraciones interesadas. Un día después, Zapatero ha pretendido recuperar el mando con una intervención inesperada en el Congreso. Un discurso que, lejos de servirle de ayuda para recuperar el control, ha permitido ver a un presidente descompuesto. Y es que Zapatero sabe que ha iniciado un lamentable proceso de rendición, que como tantas otras cobardías pretende que no tenga testigos. Pero sus intentos de engañar al Partido Popular para que se sume a la humillación del Estado de Derecho han encontrado, en esta ocasión, una adecuada respuesta.

Hemos visto en el Congreso a un presidente noqueado por sus propios errores y debilidades. Zapatero sabe que ha entrado en una dinámica que ya no tiene vuelta atrás. Y que para ello ha elegido como compañeros de viaje a Otegi, Llamazares y Puigcercos. Esos son los nombres de sus socios para este proceso de rendición.

Por todo esto y muchos más, la concentración del próximo sábado en Madrid convocada por la AVT en la plaza de Colón se ha convertido en una cita obligatoria para que la ciudadanía deje claro que no estamos dispuestos a que este Gobierno entregue la democracia a los terroristas. Zapatero deberá ser, al menos, consciente de que sus decisiones no tienen el apoyo de los españoles.

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