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EDITORIAL

Aunque Moratinos se empeñe, Castro no quiere dialogar

El dictador caribeño no quiere dialogar, nunca ha querido, no lo ha hecho durante casi medio siglo y no va a empezar a hacerlo ahora

La errática política cubana de la Unión Europea no puede sostenerse más. En enero de 2005, por indicación española, Bruselas consintió el capricho de Moratinos de iniciar un "genuino diálogo" con la tiranía de Fidel Castro. Tal diálogo, naturalmente, no se ha producido y la represión en la isla-cárcel ha ido a más a lo largo del último año y medio. En esto coinciden todos los ministros de Asuntos Exteriores europeos, incluyendo, como no, al inefable Miguel Ángel Moratinos.

Que un Gobierno radical como el que padecemos en España, entregado con fruición a amistar con los más variopintos déspotas cometa este tipo de errores es perfectamente lógico. Pero que la Unión Europea caiga en ellos es de todo punto inaceptable. Deberían los cancilleres comunitarios ir tomando nota de algo muy sencillo, al alcance de cualquiera que conozca lo básico sobre el régimen cubano. El dictador caribeño no quiere dialogar, nunca ha querido, no lo ha hecho durante casi medio siglo y no va a empezar a hacerlo ahora.

Si los responsables de Exteriores de verdad se preocupan por los derechos humanos en Cuba deben oponerse con firmeza a su principal enemigo: Fidel Castro. No hay más alternativa.

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