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José María Marco

El liderazgo de ZP

Si se tira de estos tres hilos –el hipersectarismo, la falta de ideario propio y la exaltación de la "paz"– se encuentra el fondo de toda la política de ZP.

Como José Blanco se ha permitido cuestionar el liderazgo del jefe de la oposición, puede ser un buen ejercicio ver en qué consiste el liderazgo del suyo propio.

Como base ideológica, ZP tiene una visión hipersectaria de la realidad en la que no cabe –literalmente, no cabe– nada que no sea de izquierdas. Es un concepto nebuloso. ¿Sería Sabino Arana de izquierdas? Pero ZP sabe distinguir lo que es de izquierdas de lo que no lo es con una simple mirada. Es cuestión de intuición, por tanto. Así que todo lo que ZP tiene de sectario lo tiene también de pragmático.

A diferencia de la anterior generación de socialistas –igual de sectarios que él, por otro lado–, ZP no confía en la capacidad de su propio partido para ganar una mayoría suficiente. De hecho, está –o estaba– convencido de que el PSOE no ganará nunca unas elecciones en solitario. Para seguir en el poder, no requiere ideas, ni razonamientos: necesita destruir la noción misma de unidad de la nación. ZP segrega por tanto una síntesis natural entre su aversión a todo lo que no sea de izquierdas y su simpatía por todo lo que le ayude a acabar con la nación española.

A este cocktail, ya de por sí explosivo, hay que añadir una veta visionaria. Desde las orgías de multitudes de las manifestaciones contra la Guerra de Irak, ZP debe de estar seguro que su psicología o su mentalidad conecta con una veta muy profunda del pueblo español. Lo ha sintetizado en una palabra: "paz".

Si se tira de estos tres hilos –el hipersectarismo, la falta de ideario propio y la exaltación de la "paz"– se encuentra el fondo de toda la política de ZP. No se llama sólo nacional socialismo, es decir disposición al pacto entre los nacionalismos y los socialistas. Se llama, más propiamente, ETA.

Por supuesto que no se trata de destruir la banda terrorista. Al contrario, ZP está convencido de que la desactivación (es decir, la victoria) de ETA conllevará la desactivación (es decir, la derrota) de la derecha española porque acabará con ese engorro que es la unidad nacional de España. En este sentido, Acebes tenía razón cuando dijo que la política del gobierno del PSOE es la de los etarras. Además, ZP está seguro que los españoles, o como se llamen para entonces sus compatriotas, premiarán el logro de la "paz" con un respaldo abrumador en las urnas. Entonces será la hora del gran líder, por ahora nonato.

Es posible que dentro de algunos años, o cuando quienes mandan de verdad lo quieran, se descubra la causa verdadera de por qué ZP ha puesto el gobierno de España al servicio de los etarras. Por ahora podemos constatar el hecho desnudo, que se ha ido desvelando en poco tiempo, y tratar de entender la conducta del protagonista. Y es que para seguir en el poder, ZP depende de los terroristas. Si alcanza el liderazgo, ZP lo habrá conseguido gracias a ellos.

José Blanco podrá criticar todo lo que quiera el liderazgo de Rajoy. La naturaleza del de su jefe, todavía no conseguido, ya la conocemos.

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