Menú
Encarna Jiménez

Una de abogados

Al filo de la ley no deja de ser una producción dirigida correctamente, pero sin demasiada personalidad. El primer episodio nos dio el tono de la serie, que bebe de las fuentes de 'La Ley de Los Ángeles'

Al filo de la ley es la serie de ficción en la que TVE ha puesto todas sus esperanzas para cubrir un hueco clamoroso en este género. Mientras Antena 3 y Telecinco consiguen grandes audiencias con telecomedias autóctonas o series de importación, como CSI, y las autonómicas se defienden con producciones propias que arraigan en el terreno, la mayor cadena pública no tiene recambio a Cuéntame cómo pasó y se agarra a Ana y los 7. Un panorama pobre que intentan animar con una serie de abogados en un momento en el que la reciente caída de Lobos, eliminada de la parrilla de Antena 3, no augura un presente esplendoroso para productos similares.
 
Mucho tiempo ha pasado desde que Anillos de oro, con Ana Diosdado e Imanol Arias, calaron en el público español. Un poco menos, y sin tanta repercusión, Turno de oficio, con Juan Echanove, mantuvo el interés por el mundo de las togas en su versión española. De América nos llegó, por no remontarnos a Perry Mason, sobre todo, La ley de Los Angeles. Teniendo en cuenta todos estos referentes, Al filo de la ley no deja de ser una producción dirigida correctamente, pero sin demasiada personalidad.
 
El primer episodio, titulado Contra las cuerdas, nos dio el tono de la serie, que pretende reflejar a la justicia española con un “diseño” internacional que bebe de las fuentes de La ley de L.A. y de otros arquetipos televisivos como de policías y hospitales. El director José María Caro, que firma este primer capítulo, ha trabajado en Hospital Central y algo se nota en el montaje de escenas que se acercan más al dramatismo que a la pericia dialéctica de los abogados.
 
La “españolidad” de la serie tiene su base en los temas, en este caso la trata de blancas rumanas, los boxeadores atrapados por las drogas o los accidentes laborales en la construcción y, especialmente, en un actor tan identificable como Emilio Gutiérrez Caba. Leonardo Sbaraglia, Fanny Gautier y Natalia Verbeke cumplen con su cometido buscando consolidar unos personajes que necesitan tiempo para calar entre el público. En el duelo de chicas entre Fanny Gautier y Natalia Verbeke, es posible que gane la última, aunque se admiten apuestas.
 
Al filo de la ley, producida por Plural para TVE, parte con una ventaja: en la cadena pública no eliminan de la programación a la primera de cambio las series que no cumplen las expectativas de audiencia. El colchón del contribuyente está para eso. Tampoco compite directamente con series similares. En Telecinco se estrenaba al tiempo el reality presentado por Jordi González La casa de tu vida, que no deja de ser un plato indigesto para cualquiera que no le guste seguir las peripecias de humanos en exhibición. El margen de TVE para colocar la serie es estrecho en una época en la que los gremios y profesiones cotizan a la baja en la ficción televisiva; el producto aporta pocas novedades, pero no es lo peor que nos podemos encontrar zapeando en las cadenas en abierto.

En Sociedad

    0
    comentarios