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Ignacio Villa

El espíritu de Ermua es más necesario que nunca

Nueve años después el \"espíritu de Ermua\" sigue vigente. Entonces era para derrotar al terrorismo, ahora es para frenar la rendición de Zapatero ante los terroristas etarras

El "espíritu de Ermua" sigue vigente. Nueve años después Rodríguez Zapatero, con su actitud insultante hacia las víctimas, humillante para su recuerdo y provocadora para las familias, ha conseguido que aquel "espíritu" que sacó a millones de españoles a la calle vuelvan a aflorar en una actitud permanente de respuesta a la rendición del Gobierno.

Hace nueve años España entera salió a la calle como repulsa a un vil asesinato, cobarde y traicionero como todos, pero que significó una auténtica convulsión social en contra del terrorismo. Ahora, nueve años después, esa misma España vuelve a salir a la calle -lo ha hecho varias veces en los últimos meses- para decir a Zapatero que no puede seguir por el camino de la rendición y de la claudicación. No estamos ante un problema del presidente del Gobierno, lo que está en juego es la libertad y la democracia de todos los españoles. Zapatero está consiguiendo que, nueve años después, el recuerdo de Miguel Ángel Blanco se mantenga en primera línea. Y lo está consiguiendo no por su colaboración, lo está consiguiendo gracias a su cobardía.

Nueve años después del asesinato de Miguel Ángel Blanco, estamos ante un Gobierno que ha pactado con los terroristas, algo que un demócrata no puede hacer. Pactar con los terroristas es hacerlo con los asesinos de Miguel Ángel, es ceder la iniciativa a los pistoleros de ETA, es dejar a sus pies el futuro de todos los españoles. Es más, los etarras han dejado claro que esos pactos con el Gobierno se han alcanzado y que no ofrecen dudas. El Ejecutivo, lejos de dar la cara, se ha escondido de mala manera incapaz de reconocer que ese proceso de rendición ya es una realidad.

Ante esta situación, la pregunta surge sola: ¿existe alguna solución? Y la respuesta es clara. La solución pasa por reavivar el "espíritu de Ermua", por recuperar aquellos mensajes, por mantener aquella movilización social, por impulsar aquella reacción. Hay que volver a conseguir en la calle el ambiente de aquellos días que ciertamente cambiaron la mentalidad y la forma de plantear la lucha contra el terrorismo. Aquellos días de 1997 sirvieron para que los españoles afrontáramos con valentía la lucha contra el terrorismo, sin esconder la cara y encarando la realidad con decisión.

Nueve años después el "espíritu de Ermua" sigue vigente. Entonces era para derrotar al terrorismo, ahora es para frenar la rendición de Zapatero ante los terroristas etarras. Nueve años después la vergüenza que sentimos los españoles por el actual presidente del Gobierno debe de impulsar una nueva movilización social. Todos por la libertad.

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