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Carlos Semprún Maura

El líder mínimo

Recuerdan, como si de accidentes de tráfico se tratara, que el régimen comunista encarcelaba a disidentes y a homosexuales –con el beneplácito de los sindicatos homosexuales progres de París y de Madrid– y que el delfín Raúl es el matamás del régimen.

La noticia de la enfermedad del tirano Castro alegró los cubanos de Miami y a algunos nos recordó la enfermedad de Franco y los confusos partes médicos y oficiales sobre su gravedad. Franco murió en la cama y Castro también lo hará, ya sea ahora o más tarde, que eso no se sabe. Uno de los políticos más ricos del mundo habrá logrado dejar tras de sí uno de los países más pobres del mundo. Y no solo económicamente. Pero para las manadas de rinocerontes que constituyen la "opinión pública" eso no importa, porque sus cientos de millones de dólares son dólares proletarios, y el empobrecimiento de Cuba es un empobrecimiento revolucionario. Lo de la transición es harina de otro costal pero seguro que será más difícil que la nuestra. El tirano barbudo lo ha dejado todo "atado y bien atado" pero una guerra de sucesión no puede descartarse. De todas formas, tantos años de dictadura en Cuba son una vergüenza para los países democráticos.

Esto de la muerte de los tiranos y dictadores me hace pensar en Sadam Husein. ¿Por qué no le fusilan ya de una vez, en lugar de continuar el tétrico espectáculo de su proceso –que ya le ha condenado a muerte–, juzgando uno tras otro sus miles de crímenes? Es insoportable.

El gobierno francés se ha mostrado, por ahora, muy prudente, no como Hugo Chávez o Rodríguez Zeta, pero los medios galos son más prolijos. Recuerdan, como si de accidentes de tráfico se tratara, que el régimen comunista encarcelaba a disidentes y a homosexuales –con el beneplácito de los sindicatos homosexuales progres de París y de Madrid– y que el delfín Raúl es el matamás del régimen, pero insisten en los logros positivos del castrismo, sin entrar en detalles, claro. Lo único que parece importarles de verdad es que Cuba siga siendo antiyanqui.

En cambio, el gobierno galo se muestra imprudente, muy imprudente, en relación con el conflicto en Oriente Próximo. El ministro de Exteriores, Douste-Blazy, declaraba ayer, muy ufano, que todos sus colegas de esa fantochada que es la UE estaban detrás de Francia y de sus propuestas. ¿Qué más da, ya que no han propuesto nada? Veamos: alto el fuego inmediato, un acuerdo político general, envío de tropas de la ONU. Ni una palabra sobre el desarme de Hezbolá, ni la liberación de los rehenes. Cabe preguntarse por qué se han de enviar tropas si, por arte de birlibirloque, se ha logrado un alto el fuego y un acuerdo político. Pero, como todo el mundo sabe que un verdadero acuerdo político es hoy imposible, todo se limita a hablar para no decir nada. Pero es mucho más grave porque Francia considera que todo está en manos de Irán, y que Irán es la potencia estabilizadora en la región. Como Hitler estabilizó Europa, desde luego. También es cierto que otros prefieren Siria... ¡El aquelarre!

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