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Antonio Robles

El oasis putrefacto

No hay un engaño peor que el ejercido sobre "los tuyos" con la intención de venderlos a mejor precio al amo para quien trabajas.

Anda de procesión el PSC. Llevan en andas la parte charnega de Josep Montilla con la fe del converso. Vídeo hay en el que le traen en trenes y fardeles de los años 50. Vean su página web. Parece una estampa del Lute o una película de Charlot. Dura 8 minutos. Deberían echarlo por TV3 a ver si pasaba la ITV del racismo cultural. No caerá esa breva.

¡Cuánta pasta, cuánto imaginación, cuánto cara dura al servicio de la manipulación de masas! Lo que son las cosas, toda una vida ocultando el origen, para arrastrarlo ahora por los baretos de fino y pescaíto en busca del voto que creen poseer por derecho propio. ¡Cuánto bien está haciendo Ciudadanos por el mero hecho de existir como partido!

En ese vídeo está filmada toda la humildad del desarraigado, toda la grandeza de la integración, pero también toda la mentira de un montaje con el fin último de engañar.

Quieren mostrarnos que su candidato es un hombre de origen andaluz, pobre y recio, hecho a sí mismo, como cualquier albañil o fontanero del cinturón industrial de Barcelona. Sólo le falta el mono. Paradójicamente nunca le conocí sin chaqueta y corbata. No hay un engaño peor que el ejercido sobre "los tuyos" con la intención de venderlos a mejor precio al amo para quien trabajas.

Cada día el discurso electoral de Josep Montilla, Pepe para los paisanos, queda desmentido por las disposiciones del gobierno de su partido en la Generalitat. ¿Cómo creer en esas imágenes si en la próxima Feria Internacional del Libro de Frankfurt sólo los escritores en lengua catalana serán subvencionados por la Generalitat? El flamante consejero socialista de cultura de la Generalitat, Ferrán Mascarell, no prohibirá que vayan los Félix de Azúa, los Eduardo Mendoza o los Marsé, pero habrán de pagarse viaje y estancia de sus bolsillos o de los de sus editoriales. Sólo los escritores en "la lengua propia de Cataluña" podrán representar a la cultura catalana con los gastos pagados y los apoyos institucionales de la nació.

Ahí está el disparate del empeño en llamarse nación, en justificar con su existencia quién tendrá y quién no tendrá derechos en ella. ¿Entienden ahora para qué sirve un Estatuto donde se hable de nación catalana o lengua propia? He ahí la razón de su interés y de nuestro rechazo. No son palabras vacías de políticos ociosos; son el instrumento legal para convertir en ciudadanos de segunda a la mitad de la población de Cataluña. Ni siquiera tienen la disculpa del Tripartito. Ahora no está Esquerra para justificar multas lingüísticas o ferias adobadas con racismo cultural. Son ellos, los socialistas, junto a los comunistas, los únicos responsables.

Mientras Montilla arrastra su alma charnega por los bloques hacinados de Ciudad Badía, Cornellá o Rubí, sus compañeros de partido expulsan de la realidad institucional catalana el idioma en el que normalmente se comunican. Más le valía vender su contrabando político a la gente de ERC o de CiU, al menos así sabría con antelación con quién de los dos pactar después de las elecciones.

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