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Carlos Semprún Maura

No tienen remedio

Como por otra parte el ejército libanés no existe y la FINUL estará compuesta de tropas de países antiisraelíes –como Francia y España–, es de prever nuevas tormentas.

La forma con la que los medios franceses tratan abundantemente estos días tres temas, por lo menos, me pone los pelos de punta. Debería, sin embargo, estar acostumbrado, pero resulta que no. El primero es la guerra contra el Hezbolá; el segundo, la operación policial británica que ha evitado unos atentados terroristas contra aviones que hubieran causado centenares de víctimas; y el tercero, el cumpleaños del tirano barbudo, nunca tan idolatrado como estos días por los "tragarranas", como amablemente describen los periódicos británicos a los franceses.

Hace unas horas que se aplica el alto al fuego en el Líbano, respetado por Israel, y logrado esencialmente por Estados Unidos pese a que Francia, como siempre, haga de mouche du coche, como en la fábula del inteligente La Fontaine, afirmando que fueron ellos. Hace, pues, pocas horas, pero bastan para que la prensa gala se pregunte si Israel va a respetarlo y afirme que ha perdido esa guerra, cuando no que fue una guerra bárbara e inútil que solo sirvió para que Israel destruyera el Líbano y asesinara a niños y viudas. El 99% de los corresponsales y el 99,5% de los comentaristas hablaban de los sucesos en un tono que dejaba claro que para Francia el enemigo es Israel, con la retahíla de que sus bombardeos sólo matan a civiles, mientras que los cohetes iraníes lanzados por su ejército vestido de Hezbolá asestaban duros golpes únicamente al ejército israelí. Desde el principio, la posición de Israel fue tajante: atacaban a Hezbolá porque les había agredido y no volverán a sus cuarteles hasta que esos curiosos "civiles" no estén desarmados o, al menos, alejados, para que no puedan seguir bombardeando la población civil israelí. En realidad, nada ha terminado, porque si Hezbolá, que ha resistido más y mejor de lo previsto, ha sufrido duros golpes, como Irán está, no detrás, sino delante, puede reconstituir sus milicias fácilmente. Como por otra parte el ejército libanés no existe y la FINUL estará compuesta de tropas de países antiisraelíes –como Francia y España–, es de prever nuevas tormentas.

El magnífico éxito de la policía británica se comenta aquí con ironía y mala uva: se lo tienen bien merecido por ser los mejores aliados de Estados Unidos. También se dice que toda la operación constituye un montaje de Scotland Yard para echarse flores y que sólo ha servido para dar la lata a los pobres turistas. Hablan, o escriben, como si Francia, gracias a su "gran política árabe", estuviera a salvo de los atentados. Olvidan, con el síndrome del avestruz, que los "comunistas combatientes" del comandante "Carlos", los iraníes y los islamistas argelinos ya han puesto bombas y han matado en París y otras ciudades, en almacenes, sinagogas, escuelas judías, en el metro, en calles y plazas céntricas. Y, para colmo de la cobardía, no mencionan que su propia policía ha detenido hace poco a terroristas islámicos, antes de que cometieran sus atentados. Como en el Reino Unido y, también, en Alemania.

En cuanto a los ochenta años del tirano Castro, leer enLe Figaro(y en todos los medios) ditirambos a ese sida cubano sólo superados porGranmayJuventud rebeldeda náuseas.

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