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Amando de Miguel

Rótulos divertidos

Añado mi rótulo favorito de otra casquería de Madrid: "Despojos selectos". Es un hermoso oxímoron, expresión del refinamiento del habla madrileña castiza.

Agustín Fuentes, siempre tan decidor, me alegra la mañana con algunas observaciones sobre rótulos que ha visto en sus paseos cotidianos. Por ejemplo, el de "zona de caza con perros sin armas". Uno no sabe a qué carta quedarse. O también el de la tienda de muebles que hace chaflán. En un lado de la calle pone "cabeceros" y, al doblar la esquina, "cabeceras". Don Agustín comenta que esa variación es "a gusto del consumidor". Está también el rótulo de una casquería madrileña que vende lenguas y sesos, pero el letrero dice: "Idiomas y talentos". Añado mi rótulo favorito de otra casquería de Madrid: "Despojos selectos". Es un hermoso oxímoron, expresión del refinamiento del habla madrileña castiza.

Rafael Muñoz me comunica que "en Requena, por los años sesenta, se instaló un señor de edad que presumía de sanador eficiente. Para avisar a la clientela puso en la puerta de la casa un cartel, escrito con no muy buena caligrafía y en mayúsculas, que decía, literal: Curandero locura todo". Se podría entender que el sanador curaba todas las enfermedades, incluida la locura. Esto es, la panacea universal, valga la redundancia.

Fernando Herrero Salcedo anota este aviso en el Metro madrileño: "Después del silbato: no entrar, no salir". La expresión le parece dura e imprecisa. Tiene razón. La frase debería ser: "Después del toque del silbato no se debe entrar ni salir". No estaría mal que el Metro contratara los servicios de un asesor lingüístico. Podría ampliar sus funciones a la prosodia. En los avisos por el altavoz de los trenes se insiste en que la preposición con no es átona, sino que merece un rotundo acento tónico. Así: "Próxima estación, Goya, correspondencia cón...". A veces sigue inaudible el nombre de la línea con la que se puede corresponder.

Teodoro Portillo (Spokane, Washington, USA) introduce su cuarto a espadas en la discusión sobre si es más lógico el letrero "Prohibida la venta de tabaco a menores" (A) o "prohibida la compra de tabaco a menores" (B). En ambos casos el letrero se coloca en una máquina expendedora de tabaco. Parece un simple juego de palabras, pero tiene mucha enjundia. Don Teodoro es partidario de que la frase B resulta más apropiada. Razona así:

El sujeto de la prohibición es una persona, el menor. En caso de incumplimiento de la prohibición, se pueden aplicar sanciones, multas, expulsión del local, etc. al sujeto de la prohibición, al menor o al padre del menor. Lo que se prohíbe es que ciertas personas se aprovechen del automatismo de la máquina y compren lo, que por su edad les está prohibido. La máquina está ahí y expende lo que le pidan y a quien le pida. La prohibición recae sobre el que abusa de la automaticidad de la máquina y las sanciones son para el abusador, el menor.

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