Menú
Amando de Miguel

Ensalada campera

Reconozco que me extasío al llegar el momento en el que el notario saca su pluma de oro y dibuja con delectación su signo personal al pie del documento. En ese momento solemne se hace un respetuoso silencio en la sala.

Elizabeth Lynch critica la falta de expresividad de las cancioncillas de los forofos españoles que animan a la selección nacional de fútbol. Por ejemplo: "¡A por ellos, oé, a por ellos, oé, a por ellos, oé, a por ellos, eoé!". Doña Elizabeth establece la comparación con la locuacidad de los argentinos en la misma ocasión. Por ejemplo, "¡Pan y vino, pan y vino, pan y vino. El que no es argentino, para qué carajo vino!". Tampoco es que sea un modelo de lírica deportiva.

José María Navia-Osorio comenta la asociación entre las vendedoras del mercado (las rabaneras) y las mujeres respondonas y descaradas. Añade: "El caso es que esa relación viene de antiguo. Creo que es en el Buscón donde se cuenta una batalla nabal en un mercado, con los nabos como proyectiles. A los que, como a mí , les gusten las novelas de humor, les recomiendo El buscón. Wodehouse, al lado de Quevedo, era un aficionado. Y además [menos] valiente, porque la biografía de Quevedo es como una novela de aventuras, conspiración en Venecia incluida. En cambio, Wodehouse, cuando cayó en manos de los nazis, no destacó por su valentía. Pero tanto don Pablos como Jeeves son dos personajes divertidos, [aunque] difíciles de comparar porque entre uno y otro hay 300 años de diferencia". En efecto, don Francisco de Quevedo nació en 1580 y P.G. Wodehouse nació en 1881. La observación de don José María me parece muy atinada. Supongo que la rabanera o la verdulera eran personajes poco instruidos con los que se relacionaban las señoras de postín. De ahí viene el sentido afrentoso de esas ocupaciones.

Álvaro Ortiz de Zárate se refiere a los "complejos de inferioridad" de los académicos, los de la Real Academia Española. Se visualizan en sus silencios respecto a la desintegración de la nación española. Cuenta don Álvaro que escribió a un académico protestando por la colaboración de este con un libro de Historia Económica de España. Era realmente una Historia de las comunidades autónomas. El académico contestó que "él no había intervenido directamente" en la organización del libro. Comenta don Álvaro: "Los garbanzos, amigo, los garbanzos omnipresentes". Para los libertarios transatlánticos señalo que en España los garbanzos se asocian con el interés económico para sobrevivir.

Anabel Almagro, desde Taiwán, aporta un contraste para matizar el sentido de la firma. Según cuenta doña Anabel, en la cultura china no se utiliza la firma sino el sello, de madera, de piedra o de plástico. Añado que tiene su lógica, puesto que se trata de una escritura con ideogramas que son difíciles de reproducir para mucha gente. En España todavía funciona a veces la doble cautela del sello y la firma. Hay otras más: la firma con los dos apellidos, el papel por duplicado, la firma con reconocimiento notarial.

Gonzalo Díaz Granda me acusa de cometer una "vulgaridad ramplona" y un "chiste facilón" al decir que los notarios cobran simplemente por firmar. Si dije eso, retiro lo dicho y pido perdón. El notario cobra por dar seguridad, como el abogado, el médico, el asesor fiscal y otros muchos profesionales. Lo que pasa es que la firma en el notario es una parte muy visible de su menester. El mismo don Gonzalo reconoce que el signo de los notarios al firmar es una especie de sello de identidad. Consiste en un historiado garabato que rodea al nombre de un modo artístico y personal. Reconozco que me extasío al llegar el momento en el que el notario saca su pluma de oro y dibuja con delectación su signo personal al pie del documento. En ese momento solemne se hace un respetuoso silencio en la sala.

Fernando Oteo observa un cartel, a la entrada del Cementerio de La Almudena, en el que se da cuenta de la construcción de un CAU y un CPS, se supone que significa un Centro de Atención de Urgencias y un Centro de Promoción de la Salud. A la vista del misterioso cartel, don Fernando dirige esa nota al Ayuntamiento: "Permítame expresarle mi MSF (= más sincera felicitación) por su BIC (= brillante iniciativa constructora), manifestarle la NADO (= necesidad de acometer dichas obras) en el MBPP (= más breve plazo posible), y, sobre todo, agradecerle el afán divulgativo evidenciado con la colocación de tan útiles y elocuentes CACAS (= carteles anunciadores crípticos o de abstruso significado)". Definitivamente el siglo de las siglas nos lleva al caos.

En Sociedad

    0
    comentarios