Menú
Dick Morris

El lloriqueo de Hillary

El terrorista tenía en su apartamento todos los planes del puente de Brooklyn y había identificado correctamente un punto débil en el que un artefacto explosivo oportunamente colocado habría provocado su derrumbe.

Con una ventaje de 10 a 1 en la financiación de la campaña de la senadora Hillary Clinton, sus gimoteos a propósito de un anuncio del contrincante John Spencer se parecen a un elefante aullando de dolor después de que le pise una pulga. En la práctica, el anuncio de Spencer, que critica con inteligencia el historial de la senadora en materia de terrorismo, es un golpe limpio.

En el anuncio, Spencer critica a Hillary por votar en contra de la Patriot Act y oponerse a la política de la Agencia de Seguridad Nacional de registrar las conversaciones entre norteamericanos y extranjeros sin obtener primero garantías del Tribunal de Supervisión de Inteligencia Exterior. Esa caracterización es justa y precisa en ambos temas.

Clinton, junto con casi todos los demás miembros del Congreso, votó a favor de la Patriot Act justo después del 11 de Septiembre. Pero cuando la ley fue presentada a renovación a finales del año pasado, rehusó votar a favor de poner fin a una maniobra de dilación demócrata que tumbaba las posibilidades de renovar la ley. En lugar de eso, respaldó un compromiso para dejar el tema en el aire hasta enero.

Después de que los demócratas hubieran mostrado su fuerza política demostrando que podían dejar en vilo la legislación terrorista con sus dilaciones en el Congreso, la administración y sus aliados se dieron cuenta de que tendrían que alcanzar un compromiso, y acordaron cambios para rebajar la ley. Así, Hillary se unió a casi todos los demás a la hora de votar a favor de la renovación, después de haber debilitado con éxito sus protecciones.

¿Las grabaciones de la NSA? Las criticó desde el principio, insistiendo en que la administración debía obtener la aprobación del Tribunal de Inteligencia Exterior antes de pinchar cualquier teléfono.

Spencer abre su anuncio con una imagen del Puente de Brooklyn y dice, correctamente, que si Clinton si hubiera salido con la suya en la Patriot Act y las grabaciones, se habría despejado el camino a un ataque de al-Qaeda encaminado a demoler el puente. Y es que el complot para volar el puente por los aires fue descubierto en una grabación de la NSA que nunca podría haber sido precedida por una aprobación legal. Los federales no tenían idea de lo que buscaban o dónde buscarlo cuando se encontraron con ella.

La NSA salió de pesca a través de millones de llamadas telefónicas y pidió a sus sofisticados ordenadores que discernieran patrones que pudieran ser sospechosos. Aparentemente, las palabras "Puente de Brooklyn" (que no deben traducirse al árabe con facilidad) afloraban en una llamada, y eso fue bastante para alertar al comisario de Policía Ray Kelly de inundar el puente con polis. (La alerta fue solicitada mediante la Patriot Act, que ordena por ley compartir tal información, antes limitada por el celo burocrático y la preocupación por comprometer las fuentes.)

A continuación, la NSA interceptó una llamada que decía que el puente estaba "demasiado caliente", obviamente procedente del terrorista. Finalmente, al interrogar a un preso en Pakistán (un interrogatorio sin abogado defensor presente autorizado por la Patriot Act), las autoridades obtuvieron el nombre del conspirador y lo arrestaron. Sorprendentemente, el terrorista tenía en su apartamento todos los planes del puente y había identificado correctamente un punto débil en el que un artefacto explosivo oportunamente colocado habría provocado su derrumbe.

Así que, ¿qué pasa con el anuncio de Spencer? Hillary sí se opone a "las grabaciones sin garantía judicial" de la NSA. Sí votó en contra de la Patriot Act en diciembre del 2005. Y si no fuera por la Patriot Act y los pinchazos, el Puente de Brooklyn habría sido volado en pedazos. Clinton critica a Spencer por disponer las fotos de Osama bin Laden en el anuncio junto a la de ella. Si no le gusta eso, quizá debería habérselo pensado dos veces antes de votar a favor de desarmarnos unilateralmente en la Guerra contra el Terror.

En Internacional

    0
    comentarios