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Federico Jiménez Losantos

¡Qué miedo! ¡Lo mismo condecoran a Ramírez!

Si es fuera del cuerpo, es decir, si persigue a quienes critiquen los delitos o deficiencias cometidos a la sombra del uniforme, Rubalcaba alcanzará el nivel de Pinochet o Videla, que tampoco dejaban pasar una a la sociedad civil

No debería abusar Rubalcaba de los tiernos infantes y los senectos jubilados, tan expuestos en estos días al catarro común y la gripe sin vacuna. Una súbita convulsión epigástrica, como la que puede provocar la terrible amenaza del Ministerio del Interior, no es difícil que desemboque en desmayos, cuadros de náuseas, lipotimias y otros males otoñales, que no sólo hacen presa en viejos y niños, sino en cualquier persona con un mínimo de sensibilidad política. Ya sabemos que Rubalcaba es un déspota, pero hasta los déspotas deben administrar su despotismo si no quieren quedarse sin súbditos a los que atropellar. Antonio Camacho (no confundir con el de Gescartera, creo) ha dicho que será "implacable" con los que cuestionen la labor de la policía dentro y fuera del cuerpo.

Si es fuera del cuerpo, es decir, si persigue a quienes critiquen los delitos o deficiencias cometidos a la sombra del uniforme, Rubalcaba alcanzará el nivel de Pinochet o Videla, que tampoco dejaban pasar una a la sociedad civil. O el de Primo de Rivera y Martínez Anido, si acudimos a nuestra tradición corporativista militar. Total, entre el GAL y los pistoleros del Sindicato Libre, no hay tanta diferencia. ¡Y mira que si en vez de asaltar el "Cu-Cut", bandas de seres uniformados asaltasen El Mundo, la COPE o Libertad Digital! Tampoco me extrañaría que las encabezase un civil que en su día militó en la extrema derecha, a la que con pasión autobiográfica ahora fustiga.

En cuanto al interior de la Policía, ¡menos lobos, Don Camacho, no se nos encampane! Hasta ahora, lo único que ha hecho ese ministerio sociata bajo la égida de Alonso y la continuidad de Rubalcaba en lo peor de lo anterior es condecorar a los que los jueces no han echado del cuerpo por detención ilegal. Ahora han pillado a un tal Ramírez ("El malo", para no confundir con el otro Ramírez, "el bueno" deEl Mundo) falsificando informes de los peritos en explosivos, así que se han lanzado como hienas a linchar a los policías honrados y a proteger a los que más que presuntamente han delinquido. Si lo que quieren anunciar es que piensan condecorar a Ramírez "El Malo", no esperábamos menos, pero, Alfredo, tampoco hay que ponerse así. Ni Capello, que es al fútbol lo que el PSOE a la seguridad ciudadana: un peligro no por anunciado menos temible, terrible, inexorable.

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