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Juan Carlos Girauta

El escaño robado como metáfora

Doscientos radicales (según los cifró Clos) deciden qué puede y qué no puede hacerse en mi ciudad. Amenizan desde hace años las fiestas de barrio con su violencia. Hace poco dejaron en coma a un guardia urbano. Nadie les planta cara.

No sé qué será exactamente la Campaña del Milenio de la ONU, pero seguro que animará las cuentas corrientes de unos cuantos solidarios profesionales. De momento ya le ha dado alguna que otra alegría a los creativos del "marketing viral" que simularon el asalto al Congreso de los Diputados para levantarle el escaño a Rodríguez. No veo por qué ha tenido que disculparse ante la cámara la coordinadora neoyorquina de la cosa milenaria, Eveline Herfkens. La verdad es que el spot de los encapuchados era una metáfora perfecta de lo que está pasando con nuestra soberanía.

Y lo que está pasando es que tipos emboscados, anónimos y delincuenciales –que luego no son tanto lo primero ni lo segundo– violan a su antojo el ordenamiento jurídico que se ha dado el pueblo español mientras los encargados de velar por la seguridad (jurídica y ciudadana), en vez de impedírselo, colaboran con ellos en el asalto.

He ahí la adaptación de la Fiscalía a los planes de rendición ante la ETA, la inaplicación de cuantas normas obstaculicen el ansia infinita de paz del sectario monclovita, la promoción del asesino de veinticinco personas dejándole noventa y seis años en seis, la lenidad partidaria que acaba computando en trece años las penas por actos de kale borroka para los que se pedía cuatrocientos. He ahí también la suspensión de la cumbre de ministros europeos de la Vivienda en Barcelona.

Cumbre no se celebrará porque doscientos radicales (según los cifró Clos) deciden qué puede y qué no puede hacerse en mi ciudad. Amenizan desde hace años las fiestas de barrio con su violencia. Hace poco dejaron en coma a un guardia urbano. Nadie les planta cara porque doscientos okupas antisistema dan más miedo (o infunden más respeto) que la mafia rumana o kosovar. Imposible olvidar la comprensión que vienen mostrando nuestras instituciones con estos amigos de lo ajeno cubiertos bajo no sé qué causa.

Se empeñan ahora Generalidad y Ayuntamiento en sacudirse la responsabilidad de esta dejación de sus obligaciones. Pero la decisión se tomó en la Delegación del Gobierno con representantes de las tres administraciones. Aquí, donde todo se acaba confundiendo en un gran magma público, el portavoz de losMossos d’Esquadraha tenido el valor de justificar así la suspensión de la cumbre europea: las elecciones autonómicas están cerca y los radicales absorberían demasiado espacio en los medios. ¿Le preocupan al señormossolas consecuencias sobre la campaña de Montilla? ¿Desde cuándo motiva la policía decisiones operativas mediante consideraciones políticas? Desde que ni siquiera hace falta disimular.

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