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Alejandro A. Tagliavini

Tiempos bizarros

El TLC con China facilitará la instalación allí de empresas chilenas grandes, medianas y pequeñas. Los estudios señalan que sólo en Shangai en el período 2001-2006 se han instalado 24 nuevas empresas chilenas de diversos tamaños.

Cada vez es más difícil distinguir entre los verdaderos capitalistas y los comunistas tradicionales.

La economía de la comunista China (hoy la cuarta más grande del mundo), que hace 20 años estaba totalmente en manos del Estado, está privatizada ya en más del 50% de su producción, porcentaje que superará el 75% para 2010, según la Academia China de Ciencias Sociales. Mientras tanto, insólitamente, el Fondo Monetario Internacional insta a China a enfriar su economía, a crecer menos porque "las políticas macroeconómicas de Pekín aún no son lo suficientemente duras como para restringir el crecimiento del crédito y la inversión".

El Banco Popular de China subió el pasado 18 de agosto, por segunda vez en cuatro meses, las tasas de interés para detener un crecimiento basado en la inversión y en las exportaciones. En el primer trimestre de este año, el PIB chino aumentó un 11,3% frente al mismo periodo del año anterior.

El 1 de octubre empezó a regir el Tratado de Libre Comercio (TLC) con el Chile gobernado por simpatizantes del ex presidente comunista Salvador Allende, con la desgravación inmediata del 92% de las exportaciones chilenas al gigantesco mercado asiático y del 50% para los productos chinos. Además, el TLC con China facilitará la instalación allí de empresas chilenas grandes, medianas y pequeñas. Los estudios señalan que sólo en Shangai en el período 2001-2006 se han instalado 24 nuevas empresas chilenas de diversos tamaños.

Chile ya dio grandes pasos al suscribir acuerdos bilaterales con muchos otros países de Asia, como Corea del Sur, Singapur y Brunei y sellar un convenio de alcance parcial con la India, además de otros importantes acuerdos con EEUU y países europeos. Así, la economía estrella de la región, que dejó de ser una de las más pobres de América Latina, ya no es sólo un país en sano crecimiento sino un exportador de capitales. Las inversiones netas de chilenos en el exterior alcanzaron los 4.110 millones de dólares en el primer semestre de 2006, lo que representa un aumento de 68% en relación con igual período del año último.

EEUU captó la mayor parte de las inversiones chilenas, con un monto de 3.523 millones de dólares. Le siguen Inglaterra, con 345 millones y Suiza, con 272 millones. Los flujos de capitales de chilenos al exterior realizados entre 1975 y el primer semestre de este año alcanzan 54.559 millones de dólares.

Mientras estas cosas ocurren, "el capitalismo se cierra". El Congreso estadounidense aprobó la construcción de un muro de unos 1.200 kilómetros en la frontera con México para frenar la "inmigración ilegal", enfureciendo al gobierno mexicano que escribió al presidente George W. Bush para pedirle que no firme la ley.

"Podemos construir el muro más alto del mundo, pero no arreglará nuestro sistema de inmigración, que ha fracasado", replicó Harry Reid, el jefe de la oposición demócrata en el Senado, quien exigió una reforma migratoria más amplia para la regularización de los cerca de 12 millones de indocumentados ya radicados en Estados Unidos.

Finalmente, el presidente Bush promulgó la ley de este muro que costará 6.000 millones de dólares para la construcción de los diferentes tramos previstos y que se extenderá a lo largo de la tercera parte de la frontera mexicana con la primera economía mundial.

Para el México gobernado por Vicente Fox, "aliado" de la Casa Blanca, el muro de 1.200 kilómetros que el Congreso de EEUU aprobó construir en su frontera sur representa un agravio entre naciones.

Inevitablemente trae a la memoria el muro de Berlín y los heroicos ciudadanos que murieron al intentar cruzarlo en busca de su derecho a una vida razonable. El número de inmigrantes ilegales que mueren mientras intentan cruzar la frontera mexicana para entrar a EEUU se ha casi duplicado desde finales de la década de 1990. Fueron 472 muertes el año pasado, frente a las 241 que se registraron en 1999 y hubo un fuerte aumento en el número de mujeres y niños que perecieron. Muchos inmigrantes sufren deshidratación severa y agotamiento por calor como resultado de intentar cruzar el desierto.

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