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EDITORIAL

A la busca de un candidato "como sea"

El verdadero beneficiario de la maniobra de Bono –porque de eso, y no de un malentendido, se trata- es Alberto Ruiz Gallardón. Claro que la oferta de Zapatero para que Bono se estrellara en la contienda municipal, era todo un “dulce” envenenado.

Incluso para los que estábamos convencidos de que José Bono en ningún caso aceptaría ser el candidato socialista a la alcaldía de Madrid, las palabras del ex ministro del pasado martes, nos hicieron dudar. El claro agrado manifestado por Bono ante esa "dulce" posibilidad, y su deferencia a lo que señalara el PSOE, hizo que la dirección del partido, con José Blanco a la cabeza, se abalanzara horas después a deshacerse en elogios hacia el ex ministro de Defensa, creyendo que, por fin, los socialistas habían encontrado a alguien dispuesto a disputar a Gallardón la alcaldía de Madrid.

Finalmente, el "no" definitivo de Bono, que ayer hizo público el presidente del PSOE, Manuel Chaves, ha hecho incurrir a la dirección del partido en el más bochornoso de los ridículos y ha provocado el legítimo enfado entre las filas del Partido Socialista Madrileño. Tal y como ha señalado el ex alcalde socialista Juan Barranco, "estamos rayando la falta de respeto a los madrileños y la humillación a los militantes de Madrid". Ciertamente, las quejas de este y otros muchos miembros del PSM no sólo las motivan la jugarreta "desleal" de Bono, sino también la forma en que la dirección del partido a nivel nacional está prescindiendo del grupo socialista municipal en todo el proceso de búsqueda y designación de candidato a la alcaldía.

Por mucho que Bono se haya jactado de su lealtad y amistad con Zapatero, el verdadero beneficiario de toda su maniobra –porque de eso, y no de un malentendido, se trata– es Alberto Ruiz Gallardón. Claro que la oferta de Zapatero para que Bono se estrellara en la contienda municipal, era todo un "dulce" envenenado.

En cualquier caso, el tiempo sigue pasando, las municipales están a la vuelta de la esquina y, sea quien sea la persona que finalmente opte por el PSOE a la alcaldía de la capital de España, siempre ofrecerá una imagen de plato de segunda mesa, la de un candidato surgido de la urgencia, de exponente de esa técnica del "como sea" a la que, por otra parte, de forma tan frecuente y recurrente echa mano José Luis Rodríguez Zapatero.

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