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Ignacio Villa

Perdón encubierto

Los que han sufrido en sus carnes el dolor provocado por los crímenes de los pistoleros son los malos; los que han apretado el gatillo, los buenos.

El guión había sido escrito en Moncloa con la inestimable ayuda del Fiscal General del Estado y se ha cumplido convenientemente. La directriz era clara y su ejecución ha sido inflexible: había que tratar bien a los etarras y así se ha hecho. El sanguinario De Juana Chaos, que tiene a sus espaldas 25 asesinatos, ha salido del juicio de este viernes con una petición de pena máxima de 13 años; nada que ver con los 96 años pedidos por el fiscal Alonso, que renunció para no verse obligado a obedecer las órdenes políticas de Conde Pumpido. Un nuevo logro de Cándido en su denodada lucha por destruir el Estado de Derecho, al servicio de su señor.

Aunque siga indignando, lo sucedido en el juicio estaba ya previsto y no ha podido sorprender a nadie. Lo que quizá nadie esperaba son las declaraciones realizadas en Soria por el presidente Zapatero. El jefe del Gobierno ha dicho que De Juana Chaos es favorable al proceso de paz. No está cosa menor la caricia presidencial en el lomo de este asesino cruel. Tampoco es casualidad es que desde Cuatro –el canal en abierto de Polanco– hayan estado repitiendo todo el viernes que De Juana es "el rostro humano de ETA"; todo porque el asesino etarra ha dicho en el juicio que va a dejar las pistolas para dedicarse a escribir. Ese es el perfil bondadoso que los socialistas han escogido para un asesino que ni se ha arrepentido ni ha pedido perdón por sus crímenes.

Lo vivido este viernes en la Audiencia Nacional es la confirmación de que el proceso de rendición no es nada más que una sistemática humillación a las víctimas, a la libertad y al Estado de Derecho. Resulta estremecedor ver y escuchar a Zapatero y a su Gobierno disculpando a los terroristas mientras convierten a las víctimas del terrorismo en unos insignificantes sectarios partidistas a los que hay que despreciar o ignorar. Los que han sufrido en sus carnes el dolor provocado por los crímenes de los pistoleros son los malos; los que han apretado el gatillo, los buenos.

Con el perdón encubierto para De Juana Chaos el Gobierno vuelve a enviar un mensaje a los terroristas etarras. Zapatero está dispuesto a una rendición sin condiciones. Aunque ese "proceso" que nada tiene que ver con la paz esté en un mal momento, el Gobierno socialista está dispuesto a solucionarlo cediendo. Varios días después de que ETA haya robado 350 pistolas en Francia, el Ejecutivo sigue anunciando que tomará medidas sin especificar "en su momento" y "cuando se confirme la autoría". Va a ser que el Gobierno de Zapatero es el único que no se ha enterado de quién ha robado las pistolas. No se lo creen ni ellos.

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