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EDITORIAL

El PSE en Estella, con nocturnidad y alevosía

Lo que queda de España como Estado de Derecho y su resistencia al verificable chantaje terrorista está obligando a los socialistas a perpetrar dichas ilegales e inaplazables negociaciones con los proetarras de forma clandestina

La noticia publicada este domingo por el diario El Mundo respecto a las reuniones secretas que están perpetrando dirigentes del PSE con Batasuna y el PNV, no por esperada, resulta menos grave. Aunque la cómplice pasividad de la Fiscalía General del Estado haya que darla por descontada, dichas reuniones constituyen actos contra la Ley de Partidos que están fuera de todo cauce democrático; tienen además como objetivo algo tan radicalmente anticonstitucional como la negociación de un proyecto de cosoberanía entre Euskadi y España.

Lo que queda de España como Estado de Derecho y su resistencia al verificable chantaje terrorista –ese que el Gobierno del 14M atiende y disfraza como "proceso de paz"–, está obligando a los socialistas a perpetrar dichas ilegales e inaplazables negociaciones políticas con los proetarras de forma clandestina. Los contactos entre los representantes socialistas y los etarras vuelven, de esta forma, a ser secretos –tal y como lo fueron en la prenegociación del "alto el fuego"–, después de un único encuentro público entre Arnaldo Otegi y Patxi López en el mes de julio en San Sebastián.

Si aquella clamorosa y pública vulneración del espíritu y la letra de la Ley de Partidos de socialistas y batasunos pudo impunemente llevarse a cabo gracias al anestésico del "alto el fuego" y de la condescendencia de jueces como Garzón, ahora nadie quiere correr riesgos desafiando nueva y públicamente el imperio de la ley con reuniones que, además, desgastan electoralmente al PSOE y dejan en evidencia su chalaneo con los proetarras. Menos aún cuando se están dando casos de jueces y fiscales, como Marlaska, Alonso o los magistrados del Tribunal Supremo, que no están dispuestos a doblegar la ley a la conveniencia política de la "paz sucia" de Zapatero.

Al margen de la esperanza que nos pueda otorgar la justicia independiente, es exigible que el líder de la oposición reclame solemnemente una explicación urgente a Zapatero en el Congreso. Una vez logrado el "alto el fuego", quien tiene prisa, ya no es el Gobierno, sino ETA. Los socialistas –eso sí– no hacen esperar demasiado a sus compañeros de viaje, no vayan a romper antes de tiempo. A ver si ante esta evidente aceleración del "proceso", la contundente reacción de Rajoy no se hace de esperar. La Fiscalía de Conde Pumpido, desde luego, no va a ser "obstáculo".

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