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Daniel Sirera

Piqué o Zapatero

Si queremos de verdad que Mariano Rajoy sea el próximo presidente de España, debemos votar al PP. Otras opciones, aunque legítimas, debilitan al único partido que puede tener la fuerza suficiente para frenar al caballo desbocado del nacionalismo catalán.

El próximo miércoles, los ciudadanos de Cataluña acudimos a las urnas. Todas las encuestas que se han ido publicando en las últimas semanas coinciden en que todo está por decidir y nadie, a priori, tiene claro cual será la composición del futuro Gobierno de la Generalidad. Tres son las opciones más claras: gobierno de extrema izquierda, formado por los partidos del tripartito; gobierno ultranacionalista, integrado por CiU y ERC; y el gobierno de la corrupción y del 3%, es decir, la llamada sociovergencia.

No debemos engañar a nadie. El PP de Cataluña no va a estar en el próximo Gobierno de la Generalidad. Así pues, ¿para qué sirve votar al PP en estas elecciones? En los últimos meses se ha acusado al PP de Cataluña de ser "blando" con los nacionalistas catalanes. Se ha criticado al partido de Rajoy en Cataluña de no combatir con fiereza a los nacionalistas catalanes. Incluso algunos que ni son socialistas ni son nacionalistas han dicho públicamente que votarán al partido de Albert Rivera. Yo les pido que lo piensen. Es cierto que el PPC puede haber cometido errores; ¿quién no se equivoca alguna vez? Es cierto que puede haber gente que crea que Piqué no es el líder que el PP de Cataluña necesita. Es muy respetable esta opinión. De todos modos, esa es una decisión que le corresponde en exclusiva a los militantes en los congresos internos del partido, y Piqué fue elegido presidente y candidato por las mujeres y hombres del PP de Cataluña. Ahora no estamos discutiendo si Piqué es mejor o peor que otros dirigentes. Tampoco se trata de pasar factura a nadie. Piqué es el mejor presidente que podría tener Cataluña. Y es la única garantía que las ideas del PP sean defendidas con sentido común en el Parlamento catalán.

El PP es mucho más que Piqué, Vendrell o Daniel Sirera. Son muchos los militantes del PP que hace años que trabajan por las ideas que defiende el PP, sufriendo en sus pueblos el insulto, la amenaza y la satanización. Algunos, como nuestros compañeros José Luis Ruiz Casado y Francisco Cano Consuegra, dieron su vida a manos de ETA por el simple hecho de ser concejales y militantes del PP. ETA decretó una tregua en Cataluña para todos excepto para los miembros del PP. Y muchos de los que ahora nos acusan en Cataluña de haber abandonado los principios y las esencias callaron ante semejante infamia.

Hemos sido los únicos que votamos en contra de la ley de política lingüística y nuestros diputados en el Parlamento, con Josep Piqué a la cabeza, han votado hasta ocho veces en contra del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Al margen del estilo o de la contundencia de nuestros discursos, la hoja de servicio del PP catalán es intachable. Por este motivo es tan importante reforzar al PP de Cataluña en estas elecciones. No votar al PPC el próximo miércoles es reforzar a Zapatero frente a Rajoy. Es disparar contra la línea de flotación de la única alternativa de cambio real en España. El PP de Cataluña no debe retroceder electoralmente en estas elecciones. Nuestros adversarios no culparán al PP de Cataluña del resultado electoral. Cargarán directamente contra Rajoy. Y no podemos permitirlo. Respeto profundamente a todos los partidos que se presentan a estas elecciones, a todos. Pero ningún voto del PP puede ni debe quedarse en casa ni coquetear con un partido que se autodefine como de izquierdas y laico y que, sin ser nacionalista, sólo se presenta en Cataluña.

Si queremos de verdad que Mariano Rajoy sea el próximo presidente de España, debemos votar al PP. Otras opciones, aunque legítimas, debilitan al único partido que puede tener, que debe tener, la fuerza suficiente para frenar al caballo desbocado del nacionalismo catalán y plantar cara a Zapatero.

Desde el 14-M, el PP ha aguantado el tirón de un socialismo capaz de aprovechar cualquier cosa para alcanzar o mantenerse en el Gobierno. Lo hicimos en las elecciones europeas, en las que Jaime Mayor Oreja logró un empate técnico con el PSOE. Lo conseguimos en Galicia, donde el PP ganó las elecciones y una coalición de perdedores nos arrebató la presidencia de la Xunta. Ahora le toca el turno a Cataluña. Nadie espera que ganemos las elecciones pero los altavoces mediáticos del PSOE ya se preparan para culpar a Rajoy y a nuestra oposición al nuevo Estatuto de Autonomía si nuestro partido sufre un retroceso electoral en Cataluña. No se lo pongamos fácil. El próximo miércoles sólo caben dos opciones: Piqué o Zapatero. Usted decide.

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