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EDITORIAL

Gana Mas... de lo mismo

Las combinaciones posibles para la formación del nuevo Ejecutivo catalán son ahora exactamente las mismas que posibilitaron los resultados electorales en el 2003

Si no fuera por el espectacular y esperanzador éxito cosechado por Ciutadans, los resultados electorales de este miércoles poco harían variar el futuro político de Cataluña, al menos a corto plazo y con independencia de la conformación del nuevo Gobierno. La clara victoria de CiU en estas elecciones no es, además, lo suficientemente holgada como para descartar una reedición del tripartito, por mucho que la experiencia de gobierno haya perjudicado a sus dos principales protagonistas, el PSC y Esquerra Republicana.

Si bien todos los partidos que tenían representación parlamentaria han visto alterados su número de escaños, las combinaciones posibles para la formación del nuevo Ejecutivo catalán son ahora exactamente las mismas que posibilitaron los resultados electorales en el 2003. Todas son de índole nacionalista y todas vendrían a significar más de lo mismo.

Una hipotética alianza entre el PSC y CiU le podría venir bien a Zapatero, pero las declaraciones de los socialistas catalanes no parece que apunten en esa dirección. Iniciativa per Cataluña, que es el único partido del tripartito que ha visto mejorado sus resultados, ha destacado "la victoria sobre CiU de la mayoría de progreso", mientras que ERC sigue teniendo voluntad de ser "la llave" del futuro Gobierno de Cataluña. No es descartable tampoco la alianza de CiU con Esquerra, que suma un número suficiente de escaños, el mismo que en 2003.

En cualquier caso, y al margen de la significativa escasez de participación en estos comicios, el dato más esperanzador lo constituye la brillante entrada en el Parlamento de Ciudadanos de Cataluña, que va a tener un efecto "multiplicador" para el futuro de la Cataluña no nacionalista. Sus tres escaños los convierten en los auténticos vencedores morales de estos comicios y van a permitirles romper el bochornoso silenciamiento mediático al que han sido sometidos. En el futuro pueden ser muchos más los ciudadanos a los que se le contagie la ilusión por construir en Cataluña una verdadera alternativa al empobrecedor y radical yugo de los nacionalistas.

El bochornoso como comprensible estancamiento del PP –pierde de hecho un escaño respecto a 2003– debería llevar al cese de Piqué o a su inmediata dimisión, sin someter este partido a la necesidad de que sea mayor su deterioro para la regeneración de una formación que tan buenos resultados y mejores expectativas tenía cuando hacía un verdadero y desacomplejado discurso contra el nacionalismo.

Sólo un mensaje verdaderamente alternativo a ese nacionalismo obligatorio que va a seguir gobernando Cataluña puede aprovechar en su favor los altísimos niveles de abstención, así como el sentido común de muchos catalanes adormecido por el discurso dominante, y del que, desde luego, no van despertar por el acomplejado discurso de las medias tintas.

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