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Fundación Heritage

Sadam Husein declarado genocida en serie

A Sadam se le encontró culpable de ordenar en 1982 los asesinatos de 148 iraquíes del pueblo predominantemente chiíta de Dujail después de un fallido intento de asesinato en su contra. Será ahorcado junto con su hermanastro Barzan Ibrahim

James A. Phillips

Un tribunal iraquí ha declarado culpable de asesinato en masa al ex dictador iraquí Sadam Hussein y lo ha condenado a la pena de muerte. Llevar ante la justicia a Sadam y a sus esbirros marca un hito en el durísimo camino de la dictadura a la democracia emprendido por Irak. Sin la resolución sobre el destino de Sadam, la reconciliación nacional sería una proposición difícil para los árabes y kurdos chiítas de Irak, perseguidos durante tanto tiempo por el régimen de Sadam, dominado por los sunníes.

El juicio de Sadam también es un paso importante hacia el establecimiento del imperio de la ley en Irak. Y es un acontecimiento histórico para Oriente Próximo en general. Como bien notaba un bloggero iraquí, "por primera vez en nuestra región, los tiranos son castigados por sus crímenes en un tribunal de justicia".

El juicio de Sadam sobresale como modelo ejemplar de justicia comparado con la arbitraria "justicia" impuesta por su propio régimen y otros gobiernos en Oriente Próximo.

El juicio de Sadam no fue un ejemplo de "justicia de los vencedores" impuesta por poderes foráneos sino un procedimiento judicial designado y llevado a cabo por iraquíes, las principales víctimas de su dominio brutal. Tampoco fue un tribunal arbitrario o un juicio con resultado predeterminado. Las autoridades judiciales iraquíes se esforzaron para darle un juicio justo al derrocado tirano. Fue Sadam el que buscó convertirlo en un espectáculo, expeliendo una retórica virulenta para anotarse puntos con sus seguidores incondicionales y ayudar así a estimular una insurgencia más amplia.

A Sadam se le encontró culpable de ordenar en 1982 los asesinatos de 148 iraquíes del pueblo predominantemente chiíta de Dujail después de un fallido intento de asesinato en su contra. Será ahorcado junto con su hermanastro Barzan Ibrahim, el entonces líder de la temida policía secreta Mukhabarat, y Awad Hamed al-Bandar, presidente del Tribunal Revolucionario de Irak que dictó las sentencias de muerte contra los pobladores de Dujail. Un funcionario del Partido Baaz local fue absuelto por falta de pruebas y otros cuatro recibieron sentencias en prisión en el muy publicitado juicio.

El panel de apelaciones iraquí tiene tiempo ilimitado para revisar el caso. Pero si los veredictos son ratificados y confirmados por el Consejo presidencial de Irak, los convictos deben ser ejecutados en 30 días. Mientras tanto, Sadam está siendo enjuciado por otro caso relacionado con la campaña de 1988 "al-Anfal" (los despojos) contra los kurdos iraquíes que se oponían a su brutal régimen. Aproximadamente se destruyeron 4.000 pueblos y 180.000 kurdos fueron liquidados en una serie de genocidios diseñados para acabar con toda la resistencia a su dictadura.

Sadam no aceptó su veredicto calmadamente. Se puso a gritar "¡Vete al infierno, tú y tu tribunal!" contra el juez que lo presidía y cínicamente coreaba "Allahu Akbar" (Dios es grande) para agradar a los musulmanes radicales que miraban el juicio retransmitido por televisión. Sin embargo, este genocida en serie asesinó a más de medio millón de sus compatriotas (haciendo uso de cálculos conservadores) durante su mandato de terror y varios cientos de miles de iraníes y kuwaitíes mientras invadía a sus vecinos. Esto lo hace responsable de las muertes de más musulmanes que ningún otro líder desde que las hordas mongolas invadieron Oriente Próximo en el siglo XIII.

El legado de Sadam persiste en la sangrienta insurgencia iraquí que está dominada por una vaga alianza de seguidores baasistas, tribus árabe sunníes y radicales islámicos. Llevar a Sadam ante la justicia fue un logro importante de la intervención norteamericana en Irak. Pero para salvaguardar el futuro de Irak, Estados Unidos debe ayudar al gobierno electo de Irak a derrotar a los insurgentes que siguen matando iraquíes inocentes y tropas americanas en nombre de Sadam.

©2006 The Heritage Foundation
* Traducido por Miryam Lindberg

James Phillips es investigador especializado en estudios de Oriente Medio del Instituto Kathryn and Shelby Cullom Davis para Estudios Internacionales de la Fundación Heritage.

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