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Amando de Miguel

El dialecto politiqués

La prodigalidad ha pasado de ser vicio a virtud con tal de que sea con los dineros públicos. Es más, lo de ser de izquierdas o progresista acaba reduciéndose a gastar con alegría los dineros públicos.

Hace tiempo que no dedicamos un espacio o un lapso a comentar los últimos desarrollos del dialecto politiqués. Es sobre todo el que distingue a los políticos, pero también a los hombres públicos en su sentido más general. El que se expresa en politiqués carece del sentido del ridículo. Es una cualidad muy conveniente para tener éxito en cualquier ramo de actividad o de no actividad.

El dialecto politiqués se manifiesta primordialmente a través de la televisión. Francisco Gómez Simal recoge una muestra de ese género con ocasión de recordar el aniversario del asesinato de Tomás y Valiente en su despacho universitario. Es un telediario el presentador afirmó que "Tomás y Valiente fue disparado en su despacho". Naturalmente, lo que se disparó fue el arma con la que asesinaron al profesor. Pero ?añade don Francisco?, en ese mismo día, con ocasión de un homenaje a Tomás y Valiente, el actual presidente de Gobierno dijo enfáticamente que "el terror ha sesgado muchas vidas, pero no podemos sesgar la esperanza". Naturalmente, el actual presidente quiso decir "segar". Pero quizá le pareció un verbo muy vulgar. El politiqués sirve para dar empaque a la ignorancia. A veces ni siquiera hay que recurrir a palabras sin sentido. Basta con poner un gran énfasis en las palabras corrientes. Por ejemplo, "la sólidaridad", con acento en la primera sílaba. O también "cívilizaciones", también con la tilde en la sílaba inicial.

Manuel Santa recoge un aviso en los carteles propagandísticos de la Junta de Andalucía: "Tú puedes parar el cambio climático: utiliza el transporte público". Aparte del tuteo, destaca esa pretensión desorbitada de alterar el clima cuando se sube uno al autobús.

Agustín Fuentes me envía varios pliegos con sus reflexiones respecto al lenguaje oscuro, que ahora tanto se estila. Lo atribuye fundamentalmente al especialismo. "La concentración en una disciplina, en una línea de pensamiento, atrofia la perspectiva y el desarrollo de los recursos […] Saber mucho de algo no es cultura". La tesis es interesante; reproduce la más clara de José Ortega y Gasset sobre "el bárbaro especialista". Disiento superficialmente. Cierto es que a veces los especialistas ignoran otras muchas cosas, pero el lenguaje oscuro se impone por todas partes; lo aceptan los especialistas y los generalistas. Encuentro que en algunos casos el lenguaje oscuro se explica por la ignorancia del emisor, pero lo más sencillo es suponer que lo hace por petulancia. Simplemente, se lleva y se aprecia ser oscuro en el gremio de los hombres públicos.

José María Navia-Osorio apostilla que la palabra zamorana hurmiento, que yo mencionaba, en Asturias es fermiento. En su opinión la palabra asturiana es la original, y la zamorana se deriva de ella. No voy a pelearme por ver quienes son los más "originales". Es claro que el castellano se despega más del latín que los otros idiomas peninsulares.

Ya de paso, comenta don José María "lo mucho que utiliza la palabra trabajar la gente que trabaja poco". Es cierto. No hay más que observar la muletilla "estamos trabajando" de los gobernantes. Todavía más. Observa don José María que los ministros suelen referirse al "esfuerzo presupuestario". Este es su escolio: "El esfuerzo lo hacemos los contribuyentes trabajando más para pagar más impuestos con los que se sufraga el presupuesto público […] Siempre pensé que un fulano que se dedicaba a dilapidar la fortuna familiar en juergas era un vago. Pues ahora resulta que es un esforzado derrochador de dinero". Una vez más, sintonizo con don José María. La prodigalidad ha pasado de ser vicio a virtud con tal de que sea con los dineros públicos. Es más, lo de ser de izquierdas o progresista acaba reduciéndose a gastar con alegría los dineros públicos.

Carlos Caldito se entretiene en analizar la "nueva ideología lingüística" que consiste en proponer eufemismos "correctos", de acuerdo con esa misma "corrección" para otras formas de vida. Sintetizo las observaciones de don Carlos:

vocablo original vocablo transformado
hombre ser humano
niños niñas o niños, infancia. [Añado: "los más pequeños"]
viejo, anciano tercera edad, mayores
ciego, sordo, paralítico persona con discapacidad
maricón, tortillera gay, lesbiana

Don Carlos da una interpretación de las razones para esa jerga eufemística: "Ya que el lenguaje políticamente correcto no sirve para que la realidad cambie, ¿no será que los partidarios del uso de eufemismos intentan que la gente tenga una falsa conciencia de la realidad, falsear la percepción de la realidad para que la realidad pase desapercibida?".

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