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EDITORIAL

La incivilizada alianza con dictadores

Consolémonos, por lo menos, en la oposición del Partido Popular y de otros grupos minoritarios a que este impresentable personaje estampe su firma en el Libro de Honor del Congreso, tal y como era la pretensión del Partido Socialista

No sabemos si el caluroso recibimiento que el Gobierno español ha dispensado a Teodoro Obiang, cabecilla de uno de los regímenes más nepotistas, liberticidas y cleptómanos de cuantos padece África, debemos interpretarlo como una nueva entrega de ese salvaje compadreo con dictadores de toda ralea que Zapatero promueve con la engañosa etiqueta de la "Alianza de Civilizaciones". Además del hecho de ser Guinea Ecuatorial una ex colonia española, la única diferencia está en que, en esta ocasión, en las celebraciones han participado, con mayor o menor entusiasmo, pero por "razones de Estado", desde el Rey hasta el líder del principal partido de la oposición.

El PP debía haber denunciado, en cualquier caso, a la instrumentalización del Rey en este inmerecido recibimiento con el que el Gobierno de Zapatero ha agasajado a quien, desde su golpe de Estado de 1979, se apodera de las libertades y riquezas de uno de los principales países exportadores de petróleo del mundo. En lugar de ello, el líder popular se ha prestado a recibir al tirano con la surrealista excusa de que así se lo había pedido nuestro Gobierno, cuyo portavoz, para colmo, lo ha negado.

En cualquier caso, consolémonos, por lo menos, en la oposición del Partido Popular y de otros grupos minoritarios a que este impresentable personaje estampe su firma en el Libro de Honor del Congreso, tal y como era la pretensión del Partido Socialista. Y también en el hecho de que Rajoy haya aprovechado la real o Real petición de entrevista para exigir en ella "avances" en la democratización de ese país expoliado.

Por mucho que Obiang utilice la puesta en libertad de un puñado de los muchos presos políticos de los que dispone como regalo de visita, lo cierto es que, con tratos y recibimientos como éste, el Gobierno español no va a impedir sino a contribuir a que este tirano se mantenga, con guante blanco y mano de hierro, en cabeza de la lista de multimillonarios de la lista Forbes, mientras condena al 90 por ciento de su población a la miseria.

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