Menú
EDITORIAL

El circo marbellí

Un verdadero circo es lo que se está montando en Marbella, con famosetes y clásicos de la prensa rosa ingresando en prisión en días más que apropiados para la popularidad de Zapatero.

Dado que la ley permite que se decida dónde puede construirse y dónde no de forma arbitraria, lo normal es que se acaben comprando esas decisiones o, más concretamente, a quienes las toman. Mientras eso continúe siendo así, casos como el de Marbella o el de Ciempozuelos seguirán apareciendo periódicamente en los telediarios. Eso sí, habrán de reconocer la oportunidad con que regresa el del Consistorio malagueño. Si las primeras detenciones tuvieron lugar el día en que se votaba el Estatuto catalán en el Congreso de los Diputados, esta tercera oleada coincide con el momento escogido por el PSOE pare recular en su entusiasmo por el proceso de rendición ante la ETA.

Panem et circenses, decía el poeta Juvenal que era todo lo necesario para que los emperadores romanos distrajeran a la plebe y redujeran el descontento. Y un verdadero circo es lo que se está montando en Marbella, con famosetes y clásicos de la prensa rosa ingresando en prisión en días más que apropiados para la popularidad de Zapatero. Durante los próximos días, quién sabe si semanas, recibiremos un bombardeo mediático con los dimes y diretes de los implicados; nada más apropiado para que olvidemos los apaños con la ETA.

La facultad de recalificar suelo es, con mucho, la principal fuente de financiación de los ayuntamientos, la principal fuente de corrupción en la vida política española y, para qué engañarnos, también una de las principales fuentes de financiación ilegal de los partidos políticos. Si de verdad se quieren evitar episodios como el de Marbella y regenerar la vida política, es necesario abordar de una vez la liberalización del suelo –abortada, por desgracia, por el Tribunal Constitucional a instancias del PSOE– y la reforma de la Ley de Haciendas Locales. Mientras no se aborden esos asuntos, la corrupción urbanística seguirá manchando la democracia española. Aunque sea de color rosa.

En Sociedad

    0
    comentarios