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Ignacio Villa

Un Gobierno en ruinas

La opinión de los más cercanos se va tiñendo de desengaño cada día que pasa y su discurso melifluo ya no le permite vender humo con la facilidad con que lo hacía antaño; sus mensajes floridos, que antes impactaban, ahora aburren.

La imagen que ofrece cada día el Gobierno Zapatero es la de un Gobierno incapaz de gestionar, con prioridades equivocadas y sin ánimos de perseguir objetivos que mejoren la vida de los españoles. Lleva ya muchos meses fuera de juego, sin pulso, sin ritmo y atrofiado por el excesivo personalismo de su presidente, atrapado en su mundo irreal de fuegos artificiales.

Estos últimos meses se han sucedido sin descanso asuntos clave como el proceso de rendición ante ETA, la inmigración ilegal masiva y descontrolada, la farsa de la alianza de civilizaciones o los vuelos turísticos "gratis total" de Zapatero que han tapado la inoperancia de un ramillete de ministros incapaces que llevamos ya tres años sufriendo. Aún así, al final tanta incompetencia termina por aflorar, ofreciendo una imagen lastimosa del gabinete.

Lo cierto es que Zapatero, la referencia absoluta de este Gobierno, se encuentra en el momento más complicado de la legislatura. La opinión de los más cercanos se va tiñendo de desengaño cada día que pasa y su discurso melifluo ya no le permite vender humo con la facilidad con que lo hacía antaño; sus mensajes floridos, que antes impactaban, ahora aburren. Con el 11 de marzo con cada vez más hipótesis abiertas, con el proceso de rendición en un callejón sin salida, con esa derrotada OPA que intentó imponer políticamente, con una política exterior tercermundista, con la inmigración ilegal sin resolver y pese a que los medios a su servicio manipulen de una forma chusca y torpe como pocas, Zapatero ha entrado ya en la cuesta abajo de la legislatura.

Ha tocado fondo. Aunque guarden las encuestas bajo siete llaves, no cabe duda de que la imagen que ofrece el Gobierno es la de un Ejecutivo en estado terminal que intenta enfrentarse, sin éxito, a un vendaval que lo derriba constantemente. Por eso no resulta extraño que varios ministros hayan preferido dar la espantada en la próxima sesión de control al Gobierno, incapaces como son de responder a las preguntas de la oposición. Son ministros sin respuestas y sin proyecto; un Gobierno en ruinas. Con este panorama, no es descabellado un adelanto de elecciones.

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