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José Antonio Martínez-Abarca

El país y la cruz, mejor invertidos

Bajo Zapatero, ninguna alta institución otrora reglada está a salvo, porque las reglas responden a una ética acabada, y hoy hasta la respetable Policía parece un cuerpo oscuro, invertido y terrible.

Por esas huellas imborrables que hay en Internet, donde todo, hasta la fonoteca vagarosa o evanescente de la Cadena SER, queda registrado, rescaté el otro día una serie de programas para la televisión valenciana del PP, emitidos en plena fiebre del milenarismo y presentados por el doctor Jiménez del Oso, que alguna consciencia extraterrestre lo tenga en su gloria. Un programa en concreto se titulaba "Satanás, ¿amigo o enemigo?", y si algo quedaba claro para el espectador que pudiera tener alguna duda, tras asistir a numerosos testimonios de presuntos expertos, es que el Mal no era ni mucho menos tan malo y que lo malísimo desde luego era el Bien, porque además es aburrido.

Lo malísimo, lo aburrido, lo pacato y hasta lo vulgar. Que los buenos, encarnados en el judeocristianismo, habíamos tenido a los malos engañados y sojuzgados históricamente. Incluso fue entrevistado un tal fundador de la orden de los "Illuminati" en España, un joven pulido cómo no vestido de negro antracita, entre disseny satánico y catalanista, que balbuceaba como si estuviera haciendo una gamberrada que lo suyo era un club masónico, filosófico y luciferino.

Eran indistinguibles, en parafernalia, con cualquier logia: suelo de damero, escuadras, ojo que todo lo ve, mandiles, sal, cráneos, mercurio. "He aquí", me dije, "el auténtico origen del pensamiento político de Zapatero". Más cerca de la Cabra de Mendes que tan bien sistematizó el ocultista Eliphas Levi en el siglo diecinueve que de los poemas del tal Gamoneda, el premio Cervantes vecino suyo. Más cerca de un deslumbrado que de un iluminado.

Y todavía Acebes habla de "la deslealtad del presidente". ¿Qué deslealtad? Ya está hablando Acebes como un judeocristiano de la derecha extrema. A ver si aprende que para los que están en el secreto y para eso han ganado las elecciones lo bueno es malo y lo malo es bueno. ¿O es que no ha leído, por ejemplo, a Aleister Crowley, alias "La bestia"? La piedad, la templanza y el sentido común son armas judeocristianas para someter a los crédulos a sus designios. Hay que volver las cosas del revés, incluidos el país y la cruz. Ninguna sevicia es pecaminosa. Ninguna alta traición remueve la conciencia.

Bajo Zapatero, ninguna alta institución otrora reglada está a salvo, porque las reglas responden a una ética acabada, y hoy hasta la respetable Policía parece un cuerpo oscuro, invertido y terrible (que empapela a quien grita o pita, que investiga a quien luce banderas españolas, que chulea a los agredidos por los nacionalsocialistas), frente al cual habrá que pedir protección a los delincuentes. Recuerden: filosófico ("las palabras sólo tienen el significado que se les quiera dar"), masónico ("tengo unas ansias infinitas de paz") y luciferino. Con un generoso chorreón de peguntosa cursilería y una pella de satrapía baja en grasas.

En España

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