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Isabel Durán

Calabazas con pistolas

Su portavoz en el Parlamento vasco y secretario general del partido en Vizcaya ha contado en Radio Euskadi que el Ejecutivo de Zapatero intentó reunirse con los pistoleros en agosto pero que ETA le dio calabazas.

Compartí tertulia la pasada semana en la televisión autonómica catalana con tres periodistas y un terrorista condenado a diez años de cárcel por atentar en la calle en lo que El Pais llama "coacción callejera", es decir, por incendiar cajeros automáticos, contenedores o lo que se tercie para sembrar el terror. El programa Agora versaba sobre "el proceso de paz". Al ex reo por terrorismo le pregunté si volvería a cometer los mismos delitos por los que fue condenado. Su respuesta resultó reveladora: sí, si el Estado (opresor, por supuesto) y el Gobierno (ídem) no les conceden lo que piden. Y aún añadió más. ETA no está en ningún proceso de paz, algo que Zapatero y los suyos pretenden desconocer. La banda de asesinos pregona que si el Gobierno no se pliega a sus exigencias continuará el terror. Pero a eso ZP lo llama oportunidad histórica y proceso de paz.

Zapatero continúa empecinado en maquillar el terrorismo y asegura que el proceso "sigue su curso". En estas llega el PSE, cuyos prohombres tienen encomendada la labor de sentarse día sí y otro también con los etarras de guante no tan blanco, y le saca los colores. Su portavoz en el Parlamento vasco y secretario general del partido en Vizcaya ha contado en Radio Euskadi que el Ejecutivo de Zapatero intentó reunirse con los pistoleros en agosto pero que ETA le dio calabazas. En este proceso de desinformación absoluta y de mentiras al por mayor, ha salido Pepiño Blanco al quite a desautorizar a José Antonio Pastor.

"Hay mucha gente que no sabe de lo que habla; los que sabemos, no hablamos", ha sentenciado el prócer Blanco. Que se lo diga Pepiño a los terroristas, que lo dejan todo por escrito (Zutabe 111) y participan en programas de televisión y tertulias radiofónicas, o a quienes departen políticamente con los "hombres de paz" por orden del mismísimo ZP. Lo peor no es que los terroristas den o no calabazas con pistolas al Gobierno, lo grave es que el Gobierno se niegue a dar información como es su obligación.

A este paso a La Moncloa se le van a atragantar las uvas de fin de año, pero no por los pistoleros sino por el destape precipitado del aparatchik de su partido en el País Vasco y Navarra, que ya hasta confiesa querer la autodeterminación y lo que se tercie con tal de repartirse las nueces.

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