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Mark Steyn

Frankenstein contra el hombre lobo

Funcionó en Darfur, donde la comunidad internacional alcanzó el acuerdo unánime sobre la urgente necesidad de alquilar un zeppelín que sobrevolara la sitiada región arrastrando una gran pancarta que decía: "Estáis jodidos". Lo pueden trasladar a Bagdad.

El grupo de ancianos ilustres ha difundido su plan de 79 puntos. ¿Qué trae de nuevo? Bueno, parece que Irak va a ser objeto de algo llamado "Grupo Internacional de Apoyo a Irak”. Si a Neville Chamberlain se le hubiera ocurrido proponer un "grupo de apoyo” a Checoslovaquia, puede que aún estuviera en su cargo. O de colaborador invitado en el programa de Oprah.

Pero parece que tales destellos de originalidad son pocos en lo que básicamente es un testamento del sentido común. ¿Cuán convencional es el sentido común de Baker y los suyos? Vea la página 49:

RECOMENDACIÓN 5: El Grupo de Apoyo debería estar formado por Irak y todos los estados fronterizos, incluyendo a Irán y Siria...

Eeeeh, vale, supongo que eso es lo que los "realistas” cabezotas llaman realismo. Pero espere, que no hemos acabado, Para este "Grupo de Apoyo”, necesitamos un modelo de sala de juntas extra grande. Además de Turquía, Siria, Jordania, Arabia Saudí, Irán y Kuwait, este grupo de abuelos pro rendición en Irak también quiere invitar:

...estados clave en la región, incluyendo a Egipto y los estados del Golfo...

Eeeeh, vale. De modo que básicamente, sería una cumbre de la Liga Árabe. No es un "Grupo de Apoyo” al que yo personalmente pediría apoyo jamás, pero que cada cual haga lo que quiera. Pero espere, que el secretario Baker sólo estaba calentando:

...los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas...

Eso es Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China. Un quinteto diverso que representa enfoques muy distintos para solucionar los asuntos internacionales, que van desde la arrogancia con estilo al Polonio 210. ¿Alguien más?

...la Unión Europea...

Oye, ¿por qué no? No se es verdaderamente multilateral a menos que haya un belga en la mesa, ¿no? ¡Ah! Tampoco debemos olvidarnos de esto:

...el Grupo de Apoyo debe pedir la participación del secretario general de Naciones Unidas en su trabajo. El secretario general de Naciones Unidas debe designar un enviado especial como representante suyo...

Desde luego. Pero debería ser alguien con verdadera influencia, como Benon Sevan, el ex director del programa Petróleo por Alimentos, que recientemente, eh, abandonaba el cargo; o Maurice Strong, el subsecretario general para la Reforma de la ONU y padre de Kyoto que, por un motivo u otro, actualmente está, digamos, excluido; o Alexander Yakovlev, el alto funcionario de la procuraduría de la ONU para pacificación que también se encuentra procesado, esto, quiero decir de baja. No hay límites para los grandes talentos de la ONU, ahora que John Bolton ha sido expulsado de sus dependencias.

De modo que ahí lo tiene: un "Grupo de Apoyo” a Irak que reúne a la Liga Árabe, la Unión Europea, Irán, Rusia, China y la ONU. ¿Cómo quejarse con un apoyo como éste? Funcionó en Darfur, donde la comunidad internacional alcanzó el acuerdo unánime sobre la urgente necesidad de alquilar un zeppelín que sobrevolara la sitiada región arrastrando una gran pancarta que decía: "Estáis jodidos". Lo pueden trasladar a Bagdad.

Pero en caso de que alguien crea que no existe un criterio mínimo de admisión en el "Grupo de Apoyo” de James Baker, relájese. Su pertenencia está muy restringida: árabes, persas, comunistas chinos, obstruccionistas franceses y escuadrones rusos de la muerte. Pero judíos no, pese a que Israel es el único país al que se exige que haga concesiones a cambio de nada: devolución de los Altos del Golán, etc. En la práctica, si este documento tiene alguna novedad valiosa está en la unión de dos franquicias de éxito al estilo Frankenstein contra el hombre lobo: una huida con el rabo entre las piernas al estilo Vietnam, pero con los judíos como chivo expiatorio. Guau. Eso es lo que Hollywood llamaría un éxito seguro.

No se sabe muy bien cómo alguien –aunque sea un chapuzas político incompetente y corto de miras, cuyos brillantes consejos incluyen decir al primer Bush que a nadie le importaría si abandonaba el juramento "lea mis labios: no aumentaré los impuestos"– puede creer que es inteligente hipotecar el futuro de Irak con algo tan intratable como es el "derecho de retorno” palestino. Y, de hecho, ¿cómo se incluyó ese concepto tan descuidadamente en un documento firmado por dos ex secretarios de estado, dos ex senadores, un ex fiscal general, un juez del Tribunal Supremo, un secretario de defensa, congresistas, etc.? Han sido, con diferencia, los norteamericanos más prominentes que hayan legitimado jamás un concepto cuyo mismo propósito es hacer imposible cualquier entidad sionista. No estoy entre quienes piensan que, por el hecho de que gran parte de la carrera post-gubernamental de James Baker ha estado financiada a manos llenas por los saudíes, éste se limite a ejercer de filial del Rey Abdalá, pero es sorprendente que este documento encaje tan bien en las patologías del enemigo.

Y esto es antes de empezar con lo de Irán y Siria. Tan tajante y específico en lo que respecta a los israelíes, Baker se derrite cuando se tropieza con ese mismo Assad que se está abriendo camino a asesinatos contra la decreciente comunidad cristiana del Líbano, o con el mismo Ahmadinejad que está haciendo los últimos retoques a los misiles nucleares iraníes. Siria, afirman los abuelitos por la rendición, "debe controlar su frontera con Irak”. Vaya, eso es algo que a nadie excepto a estos genios se le habría podido ocurrir jamás.

En realidad, Siria no necesita "controlar su frontera con Irak”. Irak necesita controlar su frontera con Siria. Y mientras el tráfico vaya en un solo sentido (porque se ha permitido que Siria ataque Irak con impunidad durante 3 años) a Assad le viene estupendamente. Los abuelitos por la rendición afirman que Irán y Siria tienen "interés en evitar el caos en Irak”. Esta conclusión, por decirlo suavemente, es una noticia sorprendente para iraníes y sirios, que llevan mucho tiempo actuando bajo la idea de que les interesa todo el caos posible en Irak. Para empezar, los norteamericanos se llevan la culpa, lo que reduce su influencia en Oriente Medio en general, y entre los movimientos de oposición de Irán y Siria en particular. Además, el hecho de que todo el mundo sepa que están fomentando ese caos da una tremenda credibilidad a los mulás, Assad y sus satélites en el resto del mundo musulmán. James Baker ha logrado la perfecta reducción al absurdo de la autoadulación diplomática: es menos racional que Mahmoud Ahmadinejad.

Si tienen suerte, este documento será tirado a la basura y estos hombres y mujeres no serán más que un hazmerreír para la posteridad. Pero si no lo hacen y nos guiamos por sus recomendaciones, entonces el comisión Baker será emblemático de algo mucho peor. El "Grupo de Apoyo” es una "conferencia de paz”, y Baker quiere que Washington acate lo que allí se decida. No resulta sorprendente que Siria exija ya concesiones a Estados Unidos. ¿Cuál es la superpotencia y cuál es el estado de tercera división dependiente de la ayuda exterior? A juzgar por la cobertura mediática en Europa y Oriente Medio a la comisión Baker, resulta condenadamente difícil de decir.

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