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EDITORIAL

Los guiños de la mentira al crimen

Pero, ¿es que a Rodolfo Ares, indigno compañero de tantos socialistas asesinados, le parece ahora una muestra de "respeto a las reglas de juego" la declaración proetarra de Anoeta?

Pilar Ruiz, la madre del edil socialista asesinado por ETA, Joseba Pagazaurtundua, ya se lo dijo en mayo de 2005 al secretario general de los socialistas vascos: "Patxi, ya no me quedan dudas de que cerrarás más veces los ojos y dirás y harás más cosas que me helarán la sangre, llamando a las cosas por los nombre que no son". Lo cierto es que los dirigentes socialistas –y no sólo Patxi López–, tras prenegociar de manera clandestina el "alto el fuego" con los terroristas y disfrazar de "proceso de paz" el "pacífico" chantaje etarra, han hecho y dicho muchísimas más cosas que deberían helar la sangre a cualquier demócrata.

Si para preparar a los ciudadanos ante lo que iba a ser la primera entrevista pública con la ilegalizada Batasuna Patxi López dijo aquello de que "habrá que admitir parte de las razones del adversario" –y no se refería al PP, sino a ETA–, con tal de "conseguir un acuerdo histórico para lograr que desaparezcan 40 años de violencia", este domingo Rodolfo Ares ha ido todavía más lejos dando por bueno, no ya parte, sino todo lo propuesto por la ilegalizada representación política de ETA en su declaración de Anoeta de 2004.

¿Quiere decir esto que los socialistas ahora dan por bueno que Batasuna siga sin condenar la violencia, tal y como los proetarras se negaron a hacer en esa declaración previa al alto el fuego? ¿O que sigan exigiendo como "resolución del conflicto" un falso e ilegal "derecho" de autodeterminación con el eufemismo de "respeto a lo que decidan los vascos"? Eso, por no recordar lo de la impunidad de los crímenes y las exigencias anexionistas de Navarra y una parte de Francia.

Entonces, y siguiendo con las preguntas retóricas, ¿por qué hacen "trampas" los socialistas, empezando por el Gobierno, haciéndonos creer que ETA ha dado la menor muestra de querer renunciar a cobrar políticamente por dejar de matar? ¿Por qué hacen "trampas", tanto con lo que dice la declaración de Anoeta como con lo que dice la chantajista tregua de ETA?

En una alarde de engañosa firmeza, Rodolfo Ares ha instado a los proetarras a "no buscar triquiñuelas" para poder presentarse a las elecciones "sin respetar las reglas de juego". Pero, ¿es que a este indigno compañero de tantos socialistas asesinados le parece ahora una muestra de "respeto a las reglas de juego" la declaración proetarra de Anoeta? Y en cuanto a las "triquiñuelas", ¿acaso no es la "izquierda abertzale" la más interesada en presentarse a cara descubierta a las elecciones, sin tener que condenar ni renunciar –eso sí– ni a la violencia ni a los totalitarios objetivos de siempre?

¿Qué legitimidad, por otra parte, tienen ahora los socialistas para reprochar las "triquiñuelas" a sus todavía compañeros de viaje? ¿Acaso los socialistas han instado a su servil fiscal general a que proceda contra esa mascarada batasuna conocida por PCTV? ¿Acaso no fue el propio ministro de Justicia el que, este verano, propuso una triquiñuela similar a los batasunos, desvirtuando, de paso, el artículo 3 del Código Civil? Eso, por no recordar lo "pacíficos" que ha visto Zapatero a Otegi, a Josu Ternera o a De Juana Chaos en unas declaraciones que deberían "helar la sangre" a cualquier persona con una distinción mínimamente clara del bien y del mal.

En cualquier caso, y aunque los socialistas quieran curarse ahora en salud, digamos una vez más que los tramposos son ellos, y lo seguirán siendo incluso cuando los etarras dejen en evidencia, no ya de palabra sino también de obra, que siguen siendo los mismos criminales de siempre.

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