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Amando de Miguel

Otras lenguas

"Lengua muerta" no quiere decir nada oprobioso. El latín es una lengua muerta, desde el momento en que la aprenden y cultivan los latinistas, pero no se transmite en las familias. El ido será una lengua muerta si no se transmite en muchos hogares.

Juan Puyol dice que echa de menos en este rinconcillo las referencias al idioma portugués. En su opinión hay en España "una cierta hostilidad", cuando no "un injustificado sentimiento de superioridad" respecto a Portugal. Don Juan reconoce que los portugueses entienden bien el español, mientras que a los españoles nos resulta difícil entender el portugués hablado. Es cierto, esa asimetría obedece en parte a que el portugués cuenta con más vocales que el español; algo parecido sucede con el catalán. Pero verdaderamente la asimetría luso-española se produce en otros muchos aspectos de la relación entre los dos países. He escrito un libro sobre el particular.

Sergio Cottet (español residente en Lisboa) se asombra de que la palabra espantoso en portugués signifique "maravilloso". Estamos ante uno de esos casos de "falsos amigos" que se produce al traducir literalmente a otros idiomas. Bien es verdad que en portugués espantoso equivale a "maravilloso", pero en el sentido de lo que provoca un "asombro extraordinario". No es menos cierto que en portugués espantoso quiere decir también "espantoso", aunque esa idea se traduzca mejor por espantável. No es un caso único. Hay muchas palabras, en español y en portugués, que tienen varios significados. Es la gracia del idioma. Por ejemplo, en español tenemos tremendo (otra traducción del portugués espantoso), derivado del mismo verbo latino tremere (= tener o provocar miedo). Equivale a "digno de ser temido", pero también a "digno de respeto" o incluso a "grande, asombroso". Se puede calificar de "tremendo" a algo que se admira y que sorprende. Espantoso, en español y en portugués, procede de expavere (= temer). Es evidente que lo que se teme también se admira. Luego el "falso amigo" resulta que es más verdadero de lo que parecía.

Diego Saiz me da otra versión del dicho francés "parler comme une vache espagnole" (en el sentido de hablar mal el francés). Según don Diego la auténtica versión es "parler comme un vasque-espagnol". Se quiere indicar que los vascofranceses hablan un francés defectuoso. Son varios los libertarios que me cuentan esa historia. No entro ni salgo.

Ante mi pronóstico de que el ido (lenguaje internacional construido ex novo) "no pasará de ser una lengua muerta", recibo el airado reproche de Fernando Tejón. Dice así: "Conviene informarse antes de publicar un artículo en un medio de comunicación. Ido lleva funcionando desde 1907, es decir, durante un siglo, y eso es mucho tiempo de vida para algo que está muerto". Vamos a cuentas. "Lengua muerta" no quiere decir nada oprobioso. El latín es una lengua muerta, desde el momento en que la aprenden y cultivan los latinistas, pero no se transmite en las familias. El ido (no hace falta elidir el artículo) será una lengua muerta si no se transmite en muchos hogares y si no acumula muchos hablantes monolingües. Me temo que esa sea su situación. El ido trató de ser una renovación del esperanto (otro lenguaje artificial), pero no logró un suficiente reconocimiento. En el completísimo libro Lenguas del mundo, de Rafael del Moral, no recoge la existencia del ido, aunque sí la del esperanto. Ambos lenguajes artificiales no pasan de curiosidades. Deberían cultivarse, pero nunca desplazarán a los lenguajes internacionales históricos, de modo destacadísimo el inglés.

Marcos Cruz protesta de modo más suave por mi afirmación de que "el ido no pasará de ser una lengua muerta, aceptada por una minoría de personas cosmopolitas, sin literatura posible". Razona don Marcos que, si se califica de muerta a una lengua "aceptada por una minoría", la mayor parte de las lenguas del mundo tendrían que ser muertas. Discrepo. La calificación de muerta para una lengua es, según el DRAE, "lo que antiguamente se habló y no se habla ya como propio de un país o nación". No me gusta mucho esa definición, porque las lenguas no son propias de las naciones sino de los individuos. Más precisa sería la definición de "lengua muerta" como la que no suele ser propia de individuos monolingües y por tanto no se transmite familiarmente; más bien se aprende por un propósito de estricto conocimiento. El ejemplo típico es el latín, pero también el esperanto o el ido. El hecho de que una lengua tenga pocos hablantes no tiene nada que ver con su carácter de "muerta". Bien es verdad que las lenguas con un número muy escaso de hablantes suelen darse en individuos monolingües, en el sentido más amplio de que no entienden otro idioma. Otra característica de las lenguas muertas es que con ellas no suele hacerse creación literaria con alguna influencia.

Don Marcos me aclara un extremo interesante. La voz ido en esperanto indica "descendiente directo". Don Marcos sostiene que decir que "el esperanto ha fracasado" equivale a decir que "la Tierra es plana". Para mí el fracaso del esperanto (o del ido) es relativo. Cierto es que puede hablarlo y leerlo millones de personas, pero como lengua muerta, según la definición dada.

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