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George Will

¿Tú eres el Hombre del Año? ¡Venga ya!

La mayor parte de los bloggers tiene el propósito privado de expresarse para su propia satisfacción. No hay nada de malo en ello, pero tampoco nada especialmente admirable o necesario.

La revista Time pidió a un gran número de personas que nombrasen a la Persona del Año. Esto se encontraban de ánimo populista y nombraron a la mayor cantidad posible de Personas del Año: todo el mundo.

Por supuesto. El derecho moderno más extendido no es a la Seguridad social, sino a la autoestima. De modo que la portada de Time presenta simula un espejo. El lector –aunque, ¿para qué molestarse en leer la revista cuando simplemente asomarse a su portada ya brinda inmediata e intensa gratificación?-- puede contemplar el reflejo de su persona favorita. ¿El narcisismo es noticia? Evidentemente.

A la persona que mira su reflejo, anuncia la portada de Time, felicidades: "usted controla la Era de la Información". Por "control", Time se refiere solamente a que todos los hombres son creados iguales, con el mismo derecho a crear contenidos para la World Wide Web, que no es controlada ni por la ley ni por el buen gusto.

Richard Stengel, editor jefe de Time, asegura que "Thomas Paine realmente fue el primer blogger" y "Ben Franklin esencialmente estaba cargando su alter ego en el MySpace del siglo XVIII, el Almanaque Poor Richard". No exactamente.

El extraordinario alter ego de Franklin informaba de todo lo que éste había escrito, pero el propio Franklin no era el protagonista de esa obra. Paine fue quizá el más consecuente redactor de panfletos de la historia. Se elucubra con que habrá unos cien millones de bloggers en todo el mundo hacia mediados del 2007, que es el motivo por el que ninguno será como Franklin o Paine. Ambos fueron genios, y el genio escasea. Ambos tenían un propósito civil revolucionario, que llevaron a cabo mediante sorprendentes esfuerzos. La mayor parte de los bloggers tiene el propósito privado de expresarse para su propia satisfacción. No hay nada de malo en ello, pero tampoco nada especialmente admirable o necesario. Lo hacen con éxito porque no hay nada singular en ello, y cada uno es el juez de su propio éxito.

Según el Pew Internet & American Life Project, el 76% de los bloggers afirma que un motivo por el que bloguea es documentar sus experiencias personales y compartirlas con otros. Y el 37% – que en breve lo formarán 37 millones de personas– asegura que el tema principal de su blog es "mi vida y experiencias". Jorge III habría preferido tratar con 100 millones de bloggers antes que con un Paine.

Stengel afirma que los bloggers y las personas que suben vídeos a YouTube (65.000 videos nuevos al día; 100 millones vistos todos los días) nos traen "noticias" en modos que con frecuencia son "más auténticos" que los servicios de los medios tradicionales. Pero la autenticidad es fácil, y no tiene ningún valor inherente si es simple y necesariamente el atributo de cualquier bit de realidad ("noticia") recogido en vídeo.

Lev Grossman, de Time, escribe que hay en marcha "una explosión de productividad e innovación" mientras "millones de mentes que de otro modo se habrían hundido en la oscuridad" se convierten en participantes de "la economía intelectual global". Grossman continúa:

¿Quién se sienta después de un largo día de trabajo y dice no voy a ver 'Perdidos' esta noche, voy a encender ni ordenador y hacer una película con mi iguana doméstica como protagonista? ¿O voy a mezclar la voz de 50 Cent con la instrumentación de Queen? ¿O voy a bloguear acerca de mi estado de ánimo o el estado de la unión o la fritanga del nuevo restaurante calle abajo? ¿Quién tiene ese tiempo y esa energía y esa pasión?

La respuesta es, todos vosotros. Y por tomar las riendas de los medios globales, por fundar la nueva democracia digital, por trabajar por nada y derrotar a los profesionales en su propio, la Persona del Año de Time para el 2006 eres tú.

Pero en esencia no hay, sin embargo, riendas que tomar en la web, si con eso nos referimos a medios de control y dirección. Eso es bueno, pero destruye la idea de que el caos de entretenimiento, solipsismo y puntual seriedad intelectual e implicación cívica de la web es algo parecido a una entidad política (una "democracia digital"). La apuesta de Time por unos amateurs que, según parece sugerir, ya no están ocultos en la oscuridad y participan en el mismo juego que la misma Time, queda refutada por un mero vistazo –que seguramente sea lo máximo que quiera hacer un adulto– a la lista de los vídeos más populares de YouTube.

El número de Time incluye un desapasionado ensayo de Brian Williams, de la NBC, que sostiene que los éxtasis ante el igualitarismo de la web se derivan del mismo impulso que provoca que los programas de fútbol para niños entreguen hoy en día premios –"dormitorios enteros de ellos"– a cualquier niño que se presenta: "El peligro será que pasemos por alto el próximo gran libro o la próxima gran idea, o que no estemos a la altura del próximo desafío... porque estamos demasiado ocupados adulándonos y escuchando la misma música que ya nos sabemos de memoria".

El hecho de que Stengel incluya el ensayo de Williams demuestra que su revista Time tiene aquello de lo que carece el 99,9% del contenido de la web: seriedad.

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