Menú
Luis del Pino

En su mitad podrido

Tres años después de los hechos y tenemos que ponernos ahora, en vísperas del juicio, a averiguar lo que ni el juez, ni la fiscal ni la Policía han querido investigar hasta ahora. Estaban demasiado ocupados dejando que se pudriera el sumario de la mentira

Como el olmo viejo al que cantaba Machado, el sumario del 11-M instruido por Del Olmo está medio podrido. Hace catorce meses que al menos una de las acusaciones le pidió al juez instructor que solicitara a la Policía los originales de los análisis de los focos de explosión de los trenes, pero Del Olmo no consideró procedente hacerlo. Total, ¿para qué averiguar el arma del crimen?

La sala encargada de enjuiciar el 11-M va a ordenar que se realicen, con carácter previo a la vista oral, nuevas pruebas periciales sobre los explosivos que aclaren qué fue lo que estalló en los trenes. El hecho de que la sala ordene la práctica de esa "prueba anticipada" (como se la conoce en el argot jurídico) indica que sí que era necesario realizar investigaciones adicionales, antes de que el juicio se celebre, sobre qué fue lo que mató a 192 personas. O sea, que Del Olmo volvió a actuar de manera incorrecta al no acceder a las peticiones de los abogados de la acusación: tres años después de los hechos y tenemos que ponernos ahora, en vísperas del juicio, a averiguar lo que ni el juez, ni la fiscal, ni la Policía han querido investigar hasta ahora. Estaban demasiado ocupados dejando que se pudriera el sumario de la mentira.

Mientras tanto, Sánchez-Manzano rompe su silencio para hacer unas declaraciones a través del sindicato SPP. He de confesar, después de leer esas declaraciones varias veces, que sigo sin entender qué es lo que quiere decir el ex-jefe de los Tedax. Evidentemente, con su nota, no está contestando a las informaciones publicadas por El Mundo este domingo (¿cómo va a desmentir lo que él mismo ha dicho ante el juez?). Sánchez-Manzano tampoco aclara en la nota ningún hecho objetivo.

No aclara ni qué muestras se recogieron en los trenes; ni por qué no se enviaron esas muestras a la Policía Científica (como manda el protocolo de actuación); ni por qué no envió al juez el original de los informes o notas informativas sobre los análisis realizados el propio 11-M en el laboratorio de los Tedax; ni por qué se tardó seis semanas en hacer llegar al juez un informe-resumen sobre los focos de explosión; ni por qué en ese informe no se detallan los componentes individuales detectados; ni si existen duplicados de las muestras, para hacer contra-análisis; ni dónde están los soportes de análisis cromatográfico que se utilizaron (donde tienen que seguir estando las muestras originales, que se podrían someter a contra-análisis); ni por qué hay Tedax (como su subordinado Cáceres Vadillo) que afirmaron ante el juez que en los trenes podría haberse utilizado explosivo militar.

Pero entonces, si no contesta a nada de lo que El Mundo publicó, ni tampoco aclara nada sobre los hechos objeto de debate, ¿a qué viene esa nota que nada dice? ¿Está lanzando un mensaje a alguien? ¿Quizá a aquéllos de los que recibió las órdenes entre el 11-M y 14-M?

Los acontecimientos se están acelerando y hoy estamos mucho más cerca de conocer quién ordenó poner en marcha una inmensa falsificación a partir de la propia mañana de los atentados. Y quizá a algunos no les apetezca cargar con culpas que, en realidad, no fueron nunca suyas. El problema que tienen los árboles podridos es que un vendaval los puede tirar abajo fácilmente. Y a nadie le gusta que se le desplome encima un sumario putrefacto.

Opine sobre este asunto en el blog de Luis del Pino.

En España

    0
    comentarios