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Agapito Maestre

¡Enfrentamiento!

Después del Estatuto de Cataluña y la entrega de Zapatero al programa terrorista, no caben soluciones intermedias o irenistas: o los partidos políticos están con los españoles o están con los terroristas.

Fernández Bermejo, sectario, izquierdista primitivo y partidista, será el ministro de Justicia de España. ¿Qué esperaban las almas buenas de la oposición? ¿Quizá creían que iba a nombrar un continuador de López Aguilar? Eso era imposible. Sospecho que al político canario no lo han echado, como muchos analistas políticos creen, sino que se ha ido asqueado de tanta miseria política y democrática. Seamos sinceros: tiempos duros nos tocarán vivir. Tiempos de clarificación. Nadie podrá permanecer en la ambigüedad: o con el PSOE y los terroristas o con las víctimas y el pueblo. Quien esté con las víctimas es menester que vaya abandonando, definitivamente, cualquier "esperanza" del partido "coge-lo-todo" o podría correr el riesgo de ser llamado oportunista. No es bueno que haya socialistas dirigiendo el Gobierno por un lado, y, por otro lado, pretendan ser vanguardias de la sociedad civil. No es estético ni moral. Tengan cuidado quienes pretendan estar a los dos lados de la barrera. Son tiempos de transparencia y no de apaños.

Espabile, pues, el PP o lo espabilarán los diferentes grupitos "socialistas" que pululan por todas partes. No olvide el PP que ellos corren con los gastos y otros se llevan ya los votos. No fabulo. Tengo pruebas. Hay ejemplos por todas partes. De momento, callo. Por fortuna, entre políticos felones y oportunistas de la llamada "sociedad civil", entre baldados intelectuales y empresarios sin escrúpulos, entre el populacho y los asesinos, los españoles intuyen que se acercan momentos difíciles, de luchas y enfrentamientos a cara de perro con los terroristas, los nacionalistas y los socialistas. Esto exigirá mucha clarificación, es decir, muchas renuncias y sacrificios entre los que defiendan la nación española.

Así es la historia de España. Es el destino de los españoles, cuando sus "líderes", sus "elites", renuncian a cumplir con los deberes profesionales que les fueron asignados. Zapatero ha renunciado a su obligación de entregar España tal y como le fue entregada. Ojalá sea barrido de la historia por tal irresponsabilidad. Pero sospecho que eso sólo sucederá si quienes están enfrente actúan con firmeza y determinación, sin titubeos ni miramientos tácticos y "reglamentistas". Lo que se debate aquí no es un asunto jurídico sino político, no es cuestión de procedimiento sino de supervivencia. Eso exigirá que muchos tibios y socialistas vergonzantes, siempre dispuestos a darle una nueva oportunidad a sus correligionarios, sean claros y precisos: o están con España o están con el PSOE.

A partir de ahora, me temo lo peor: a nadie le gusta el enfrentamiento, pero lo contrario, la paz de cementerio, sería la certificación de la muerte de España. En efecto, si el enfrentamiento desapareciese aquí y ahora, por ejemplo, por un pacto villano y bajo cuerda entre elites políticas para ocultar a los nacionalistas y al terrorismo, estaríamos ante la mejor de prueba de que España no sólo ha sido vencida sino que ya ha asumido su derrota. Por eso, precisamente, los socialistas claman por quedarse al margen, incluso escriben artículos terribles, cínicos y calumniosos comparando a ETA con el PP. No quieren el enfrentamiento sino quedarse de mediadores. Son crueles. No se enfrenta al terror, prefieren estar bajo sus dictados. Esta gente aún no sabe de verdad lo que es un "enfrentamiento". Han tragado con el programa nacionalista y ahora quieren una huída por la puerta de atrás. Todavía creen que podrían detener el choque con palabrería y mentiras por un lado, y con un sectario en el Ministerio de Justicia persiguiendo políticamente a los del PP por otro. No lo conseguirán.

Por lo tanto, sospecho que vendrá el enfrentamiento y será duro, más duro de lo que ellos creen. Después del Estatuto de Cataluña y la entrega de Zapatero al programa terrorista, no caben soluciones intermedias o irenistas: o los partidos políticos están con los españoles o están con los terroristas. Los frentes tienen que estar claros. La lucha tiene que hacerse a cara descubierta. Ya no valen malos cuentos sobre cómo dar alojamiento a los nacionalistas en el seno de España. Ya no sirven las triquiñuelas de las reformas de los estatutos. De ninguno. Ya está agotado todo el pasteleo cínico y cruel con los españoles. La cuestión es sencilla: O los vencemos o nos vencen. O vamos a por ellos o nos destruyen. O los encerramos o nos matan.

En España

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