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Walter Williams

Derechos de propiedad

Thomas Jefferson se oponía a que una persona fuera obligada a vender sus propiedades para uso público, argumentando que la esencia de la propiedad privada era el derecho a excluir a cualquiera, Gobierno incluido, de la propiedad.

Imprimis es la publicación mensual del Hillsdale Collage. Tiene más de 1,25 millones de lectores. Es el modo en que Hillsdale comparte las ideas de los muchos distinguidos oradores invitados a su campus. Además, Hillsdale College es uno de los pocos centros donde los estudiantes reciben una educación de humanidades verdaderamente liberal, libre de las tonterías que se ven en muchos campus.

La edición de enero de Imprimis contiene un importante discurso del ex juez del Tribunal Superior de Nueva Jersey Andrew P. Napolitano, titulado Los derechos de propiedad tras el veredicto Kelo. Para quienes no estén al tanto, el veredicto Kelo es el fallo del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de 2005 que ratificó la expropiación por parte del ayuntamiento de New London de la propiedad de un particular para que otro particular pudiera utilizarla para construir un edificio de oficinas. Tal veredicto fue una violación flagrante del texto y el espíritu de la Quinta Enmienda, que asegura que "la propiedad privada no será incautada para uso público sin compensación justa". El uso público, de acuerdo al significado que al término le dieron los padres fundadores, significa usos tales como carreteras, puentes y presas.

La mayor parte de los norteamericanos aprecian los conceptos de "tuyo" y "mío", y el discurso del juez Napolitano centra aún más el foco de la discusión. Habiendo sido profesor de Derecho, Napolitano recuerda que "al enseñar a los estudiantes de Derecho el significado de la propiedad privada, les decimos que cada propietario tiene algo llamado 'conjunto de derechos'. El primero de ellos es el derecho a utilizar la propiedad. El segundo es el derecho a transferir la propiedad a un tercero. El tercero y más importante es el derecho de admisión a la propiedad."

¿Puede el Gobierno obligarle a uno a vender su propiedad? James Madison dijo que sí, mientras fuera para uso público y al propietario se le abonara un valor de mercado justo. Thomas Jefferson se oponía a que una persona fuera obligada a vender sus propiedades para uso público, argumentando que la esencia de la propiedad privada era el derecho a excluir a cualquiera, Gobierno incluido, de la propiedad. Pero la opinión de Madison prevaleció, de ahí la provisión de la Quinta Enmienda.

En los últimos años, gobiernos estatales y locales han venido hostigando de manera brutal los derechos de la propiedad en modos que habrían asustado a nuestros fundadores. En el caso de Courtesy Sandwich Shop en 1959, un tribunal de Nueva York decidió que si el recaudador de impuestos saca más dinero al expropiar a una parte y transferir la propiedad a otra, hacerlo es un uso público permitido por la Constitución.

Hace poco, la ciudad de Port Chester dio a un promotor privado poderes virtuales para expropiar y declarar en ruina las propiedades dentro de su zona de desarrollo designada. Bart Didden y Dominick Bologna, propietarios de un terreno en el interior de la zona de desarrollo, contactaron con ese promotor para solicitar permiso para construir una farmacia de la cadena CVS en el mismo. El promotor les dijo que le pagasen 800.000 dólares o una participación del 50% en la farmacia CVS, o haría que el Gobierno local expropiase el terreno. Didden y Bologna rehusaron, y al día siguiente su terreno era expropiado. El Tribunal de Apelaciones del distrito segundo de los Estados Unidos ratificó la decisión del Gobierno local, lo que supone nada menos que aprobar legalmente la extorsión.

Napolitano concluía su discurso señalando algo que pocos norteamericanos aprecian. Los derechos naturales no provienen del Gobierno; se derivan de nuestra condición de humanos. O, en palabras de nuestros fundadores, estamos dotados "por nuestro Creador de ciertos derechos inalienables, entre los cuales se encuentran el de la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad", implicando el último la propiedad. Establecemos los gobiernos con el fin de garantizar estos derechos.

Desafortunadamente, los estadounidenses hemos permitido que los gobiernos de todos los niveles sean cada vez más destructivos con los fines para los que fueron creados. Bajo el aspecto de ley, el Gobierno nos hace con frecuencia lo mismo que ladrones y rateros, y al igual que haría una nación de ovejas, nos cruzamos de brazos y lo asumimos. O lo que es peor, en ocasiones lo pedimos.

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