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Dos estadistas en apuros

Ante la magnitud de los riesgos, el estadista Zapatero soluciona las cosas a base de grandilocuentes medidas filosóficas destinadas a no hacer nada.

Con ocasión de la cumbre que celebran Romano Prodi y Rodríguez Zapatero en Ibiza, los dos dirigentes han escrito una carta publicada en diversos medios de comunicación. En ella tocan diversos temas y proponen diversas soluciones, la mayoría desmentidas por la experiencia y contaminadas por la ideología; intentar resucitar el Tratado Europeo profundizando en sus errores, y solucionar la inmigración mediante el buenismo con los países que fomentan el tráfico de seres humanos, justo cuando el Marine I precipita la imagen de España aún más al fondo.

Pero atenderemos en esta ocasión a lo más profundo del pensamiento de Zapatero, que ya había expresado antes con Erdogan, y que no nos resistimos a citar textualmente: "En 2003, el informe elaborado por el Grupo de Sabios sobre el Diálogo de los Pueblos y de las Culturas en el Espacio Euromediterráneo identificó los cinco principios que deben inspirar nuestra acción como los de respeto del otro, igualdad, libertad de conciencia, solidaridad y conocimiento, con el objetivo de acabar con las 'percepciones cruzadas negativas'."

Ni el lector está soñando ni le estamos tomando el pelo. Ante el terrorismo, la inmigración o el tráfico de seres humanos, los dos estadistas se remiten en última instancia a las soluciones del Grupo de Sabios sobre el Diálogo de los Pueblos y de las Culturas en el Espacio Euromediterráneo, cuya finalidad es lograr el fin de las "percepciones cruzadas negativas". ¿Para hacer qué? Cinco cosas, citan los estadistas. El respeto del otro, ¿no es acaso Europa quien la practica? La igualdad, ¿acaso no es algo típicamente euroamericano? La libertad de conciencia, ¿acaso no esviolada sistemáticamente en la otra orilla? En cuanto a la solidaridad, ¿acaso no es Europa la que inunda de dólares las dictaduras de la orilla sur? Y hablando de conocimiento, ¿cuántas propuestas como la de nuestros estadistas han surgido en los países islámicos?

O sea, los problemas se solucionan con más subvención, más amiguetes y más cháchara hueca que ni mejora la seguridad de los europeos ni mejora la condición miserable a la que algunos regímenes de la orilla sur del Mediterráneo llevan a sus habitantes. Ante la magnitud de los riesgos, el estadista Zapatero soluciona las cosas a base de grandilocuentes medidas filosóficas destinadas a no hacer nada. O sea, el Grupo de Sabios sobre el Diálogo de los Pueblos y de las Culturas en el Espacio Euromediterráneo y evitar las "percepciones cruzadas negativas". Estas son las recetas que Zapatero ofrece a Europa para el Mediterráneo. ¿Y luego nos extrañamos de su aislamiento?

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