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Amando de Miguel

Étimos héticos

Una lógica parecida es la de esta frase: "¿qué tendrá que ver el culo con las témporas?". Se emplea coloquialmente para indicar lo absurdo que es relacionar dos ideas dispares. Las témporas son los días de ayuno al comienzo de las estaciones del año.

Son muchos y muy sustanciosos los correos que recibo a propósito del origen de las palabras. Todos ellos revelan una gran curiosidad, impulso que es la señal del intelecto. Algunos creen que la Etimología es una ciencia exacta, si es que hay ciencias exactas. La verdad es que en muchos casos el étimo primordial no está claro, sobre todo si nos lleva a una voz natural. Pero no por esa dificultad vamos a dejar de investigar el origen de las palabras, tarea fascinante donde las haya.

Robert Geuljans, sr. (Francia) me envía su interpretación del extraño sentido coloquial de antifonario como "culo, nalgas". El antifonario es el canto litúrgico con dos coros, que establecen una especie de diálogo ritual. Don Robert concluye que es evidente el juego imaginativo de los dos coros y las dos nalgas. Me parece una interpretación ingeniosa. Es digna de Camilo J. Cela, aunque, desgraciadamente, no aparece en la Enciclopedia del erotismo del de Padrón. Se me ocurre una idea alternativa. Antifonario es el libro del coro donde se contienen los cantos litúrgicos llamados antífonas. Las sesiones del coro eran tan largas que los canónigos, cantando de pie, necesitaban apoyar las posaderas en un saliente del escaño. De ahí pudo venir la irreverente asociación del culo con las antífonas. Una lógica parecida es la de esta frase: "¿qué tendrá que ver el culo con las témporas?". Se emplea coloquialmente para indicar lo absurdo que es relacionar dos ideas dispares. Las témporas son los días de ayuno al comienzo de las estaciones del año. Por cierto, el tempura japonés (= pescado o verduras en rebozo) se llamó así porque los primeros jesuitas certificaron que esos bocados eran buenos para guardar el ayuno y abstinencia de las témporas.

Mercè me dice que no menciono las fuentes para afirmar que chico procede del latín. Estos escritos míos no son académicos, por lo que resultaría una pesadez la cita continua de bibliografía. No obstante, cuando veo que pueda ser útil, doy cuenta de las fuentes. En el caso de chico el Diccionario etimológico de Corominas dice que es una voz "solo indirectamente relacionada con el latín ciccum (= membrana que separa los granos de la granada, cosa insignificante, pizca)". En efecto, ciccus o cicus es la parte de pulpa incomestible de algunas frutas. De ahí pasó a significar algo insignificante, por lo mismo que decimos "pizca, comino, bledo". Es posible que, a su vez, ciccus (pronunciado como chicus) proceda de una voz natural, onomatopéyica. Así, el sonido chi da lugar a chisme o chismorreo y también a chicha (= carne o alimento para los niños) y a chicharrón (= tocino frito). Así se contiene en el Diccionario etimológico de Vicente García de Diego. Son voces que se adaptan al lenguaje infantil, al de los "chicos". En ese mismo diccionario de Vicente García de Diego se reconoce la raíz latina cicus para el castellano chico, el catalán xic, el valenciano xiquet, el vaso txiki. Tal coincidencia solo se puede explicar por el común origen latino.

Neus Ferrer (Tarragona, Chester) me llama la atención sobre este asunto del origen de chick en inglés, que es tanto "pollito" como "mujercita". Así lo decía yo, insistiendo en la similitud con pollita en castellano que tiene las mismas equivalencias. A continuación, doña Neus me echa un rapapolvo por mi afirmación de que en inglés (en inglés americano, para ser precisos), to be full of beans equivale a "engreído, estúpido". Así figura en el Dictionary of American Slang de Richard A. Spears. Pero doña Neus se "horroriza" por esa equivalencia. Concluye admonitoria: "Le recomiendo que, si va a hablar de palabras en inglés y su traducción al castellano, lo compruebe antes con alguien que sea bilingüe –como yo misma–. No dude en ponerse en contacto". Agradezco mucho el ofrecimiento, pero recuerdo a doña Neus que no hace falta ser César para entender a César.

Saddam Hussein continúa con su tono airado, arremetiendo contra mis comentarios. Ahora le toca a la etimología de pollo (= jovencito; cría de ave en latín) y de chico (= jovencito; pellejo incomestible de algunas frutas en latín). El comentario de don Saddam es así de académico: "Pa´variar, la cagas". Su tesis es que chick, chicken y cock en inglés proceden de una voz onomatopéyica. No lo dudo, pero la hipótesis del origen latino tampoco me parece descartable. Don Saddam la califica de "lamentable y cuantifica el nivel del que escribe semejantes sandeces", que soy yo. Protesto por lo de "cuantificar".

Fernando Cabrera García (Alicante, de origen leonés y antiguo residente en Zamora) me comunica su curiosidad por el origen de la palabra chitón. Es una interjección para demandar silencio o para solicitar que un asunto se mantenga reservado. Antes se decía chite o chito. El sonido chit es onomatopeya para estar callado, en silencio. Tenemos chitar o chistar (= emitir un sonido sin llegar a hablar), a la chita callando (= con disimulo, sin hablar), cuchichear (= hablar en voz baja). Otra vez sale el dichoso sonido chi. Por cierto algunos sociólogos dicen "chi cuadrado" para indicar un signo estadístico, pero debe decirse "ji cuadrado". La letra griega ji se pronuncia perfectamente así en español. En cambio, en inglés no existe ese sonido, por lo que escriben chi que pronuncian kai.

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