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Tibor R. Machan

Crecen las dudas sobre la guerra en Irak

El propósito de nuestras fuerzas armadas es protegernos de la agresión de otros y no andar buscando a quién ayudar alrededor del mundo.

Desde el comienzo de la invasión a Irak, la he considerado una equivocación contraria a los principios de una sociedad libre. En mi primera columna sobre la guerra, el 9 de septiembre de 2002, pregunté: "¿Cómo podemos apoyar una misión que presenta tantos riesgos?". Luego, reiteradamente repetí que "el Gobierno de un país libre se establece para asegurar los derechos de sus ciudadanos, no para resolver problemas en el extranjero".

En los últimos tiempos, muchos conservadores, como el senador republicano Chuck Hagel y el escritor y comentarista William F. Buckley, han declarado su oposición al objetivo irracional del presidente Bush de establecer una democracia constitucional en Irak. Tales opositores no son unos locos izquierdistas que odian a nuestro país, sino gente consciente que se ha dado cuenta que no hay justificación en continuar una guerra insensata y contra un enemigo que es como la neblina: nos rodea y no la podemos palpar ni eliminar.

Lo que siempre ha guiado mi manera de pensar sobre la guerra en Irak es la definición de la razón de ser del Gobierno, expresada claramente en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, con respecto al principio fundamental que todos los seres humanos gozan del derecho inalienable a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. El propósito de nuestras fuerzas armadas es protegernos de la agresión de otros y no andar buscando a quién ayudar alrededor del mundo.

Claro que los maestros en retórica se burlan y consideran extremadamente simplista esta visión del Gobierno y de nuestros militares. Pero los principios básicos deben ser simples y claramente comprensibles para la ciudadanía entera.

Felizmente, muchos de aquellos que antes apoyaban al presidente Bush se están dando cuenta de sus equivocaciones y se aclara cuál es la verdadera función del gobierno, tanto bajo administraciones republicanas como demócratas. Aquellos que pretenden olvidar las ideas de los próceres fundadores de la patria pagarán un alto precio por su desconocimiento u olvido de la historia.

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