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Daniel Rodríguez Herrera

Energía sin cables

Con mil millones de terminales vendidas el año pasado, sin duda Powercast va a hacer negocio a poco que algunos fabricantes lo integren. Es decir, se va a enriquecer dando un servicio útil a los consumidores, que es la base del capitalismo.

Casi siempre escribo mis artículos en domingo, por eso de tener tiempo para hacerlo como Dios manda, sin prisas. De ahí mi enfado al caer en la cuenta de que este domingo era 1 de abril, día de los inocentes en la anglosfera, y por tanto la web estaría inundada de noticias falsas. Por ejemplo, la demanda de la Fundación Mozilla contra Microsoft por violar en el Explorer 7 su patente sobre la navegación con pestañas, el bug en las últimas tarjetas de nVIDIA al que podíamos echar la culpa cuando falláramos un tiro o el sistema de banda ancha gratuita de Google a través de la red de alcantarillado, el proyecto Dark Porcelain.

En definitiva, que cuando supe de que una pequeña empresa había creado un sistema para enviar energía a pequeñas distancias vía radiofrecuencia, me pensé que era otra bromita. Pero resulta que no, Powercast presentó su tecnología en la última edición del CES, la feria tecnológica de Las Vegas, que tuvo lugar a primeros de enero. El ingenio, como cabe imaginarse, consta de dos módulos: el emisor y el receptor. El primero no tiene grandes misterios: emite a frecuencias muy bajas y emplea, según dicen, un algoritmo propio que le permite aumentar el alcance, que es de un metro, más o menos, sin requerir más energía.

Es en el receptor donde esta empresa ha solucionado el obstáculo con el que los investigadores habían chocado al intentar desarrollar esta tecnología. Las ondas de radio chocan con obstáculos y paredes y cambian levemente de frecuencia. El receptor, del tamaño de una moneda de 5 céntimos, es capaz de captar la frecuencia principal de emisión y las que tiene alrededor, recuperando hasta un 70% de la energía emitida. Su pequeño tamaño, además, garantiza que se pueda incorporar a los dispositivos actuales sin excesivos cambios de diseño.

Imagine que lleva usted su móvil en el bolsillo y, al sentarse delante del ordenador, o acercarse a una lámpara, o donde quiera que tenga el emisor, el teléfono se empiece a recargar. Con mil millones de terminales vendidas el año pasado, sin duda Powercast va a hacer negocio a poco que algunos fabricantes lo integren. Es decir, se va a enriquecer dando un servicio útil a los consumidores, que es la base del capitalismo. Y eso es sólo una de sus múltiples aplicaciones. La empresa ha firmado acuerdos también con fabricantes de MP3, audífonos, periféricos de ordenador como ratones y teclados o implantes médicos. Un marcapasos equipado con un receptor permitiría alargar su vida útil, algo especialmente valioso, dado que sustituirlo porque se le está acabando la batería requiere cirugía. Los primeros productos que incorporan esta tecnología los está desarrollando Phillips y verán la luz a finales de este año.

Pero mientras el capitalismo nos ofrece un nuevo invento, los burócratas siguen poniendo trabas a los de siempre. Como las cámaras digitales cada vez tienen más capacidad para grabar vídeo, la Unión Europea estápensandoen clasificarlas como tales, lo que obligaría a que pagaran un arancel del 4,9%, del que estaban exentas hasta ahora. ¿Y por qué no clasificar las cámaras de video como cámaras de foto, si también pueden hacerlo? El avance de la tecnología va haciendo que cada vez más aparatos tengan más funciones. No tengan duda de que nos cobrarán a los consumidores el arancel más alto que puedan.

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