Con el auxilio del prestigiado método de Dora, la exploradora, alguien podría enseñarles a unos cuantos legisladores las diferencias básicas entre enarbolar una pancarta y legislar. En resumen, se trata de una diferencia tan grande como la que hay entre "manada" e "individuo", "muchos" y "uno" o "espasmo" y "razonamiento".
Graduarse de la pancarta callejera al escaño legislativo no es una tarea fácil. Requiere cierto adiestramiento que permita transformar al gritón de marchas y bloqueos en político capaz de argumentar por sí solo, expresarse con cierta articulación sintáctica y sujetarse a reglas propias de lo que se llama "actividad parlamentaria", como son aguardar su turno para subir a la tribuna, ordenar su perorata con cierta lógica, sujetarse a un límite máximo de tiempo para su exposición, abstenerse de proferir vocablos soeces y gritos onomatopéyicos...
El probado método didáctico para preescolares de Dora, la exploradora les podría servir con ese propósito. No me anima otro fin que ayudar a los compañeros y compañeras de algunos partidos de izquierda a dejar de ser objeto de burla por mostrar tan patente inadaptabilidad a sus nuevas tareas.
Imaginemos un amiguito de Dora en problemas y lo llamaremos Juanito Belicoso. Juanito intuye –sería excesivo decir que "sabe"– que debe oponerse a las iniciativas de ley que provengan de "la derecha" (vaga denominación que engloba todo aquello que proviene de otro partido y que no haya sido autorizado por el instructor del rebaño o líder de la bancada), pero está claro que no sabe cómo hacerlo. En su arsenal de recursos sólo encuentra el grito, la pancarta y la toma violenta de la tribuna. ¡Juanito está en problemas y necesita la ayuda de nuestra amiguita Dora y su famosa mochila!
Paso a paso, con abundancia de reiteraciones y con representaciones gráficas y auditivas, puede lograrse la transformación de Juanito Belicoso en un legislador aceptable bajo las normas latinoamericanas. Ejemplo: "Juanito, veamos qué trae en su mochila nuestra amiguita Dora: Constitución, Reglamento de la Cámara, leyes secundarias, bases de datos, diccionarios. Ahora, piensa qué puedes hacer tú con esos objetos para evitar el ridículo".
Y así sucesivamente. Entiendo que no es una tarea fácil, pero alguien tiene que hacerla. Es una inversión con el mejor rendimiento: capital intelectual.