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Agapito Maestre

El negocio del terrorismo

Un tal Totorika, socialista, alcalde del pueblo de Ermua, que participó en la creación del Foro del mismo nombre del pueblo, acusa a sus miembros de "criminalizar el diálogo" con los criminales de ETA. Es mentira. Él lo sabe

Dice el tópico que en las situaciones extremas vemos a los grandes hombres, mientras que los pequeños desaparecen envueltos entre la escoria de la época. Quizá sea verdad la primera parte del dicho, pero de lo que estoy seguro es del acierto de la segunda afirmación. La situación extrema que vivimos los ciudadanos españoles –¿o acaso hay algo más extremo que un presidente del Gobierno negociando con ETA el futuro de España?– nos ha permitido ver individuos arrollados por las inmundicias de Zapatero. Hemos visto personajillos entregados a la "política" de Zapatero, que antes habían hecho de la condena del terrorismo un pequeño negocio. Eran gentes que sólo de boquilla condenaban el terrorismo. Cuando llegó Zapatero y los llamó a capítulo, se entregaron en cuerpo y alma al cuento del "diálogo" y ahí siguen viviendo sin columna vertebral.

Algún día haremos la lista de estos listos. Tengo una lista larga de individuos que han estado escondidos, mientras los españoles nos movilizábamos en la calle contra el terrorismo y, sobre todo, contra las cesiones del Gobierno al terrorismo. Estaban amagados o se cobijaban en los insultos a la AVT. En verdad, muchos aún están esperando cómo acabará esta lucha entre los demócratas y un Gobierno déspota para volver a situarse. Reconozco que la variedad de esta fauna es rica. Por eso, deberíamos hacer una buena clasificación, algo, que nos ayudara a no confundir a quienes está dispuestos a rehabilitarse con la escoria que sólo desaparecerá con Zapatero. En efecto, hay, en mi opinión, dos tipos dominantes. Por un lado, hallamos a quienes tratan de reubicarse ante los destrozos de Zapatero; y, por otro lado, los que ya no tienen ninguna oportunidad de rehabilitarse, porque durante estos tres años han trabajado sólo y exclusivamente al servicio de Zapatero.

Entre los primeros, entre los tipos que estaban, por decirlo suavemente, hibernando han vuelto a salir a la calle. Se han subido a un estradillo para gimotear no sé qué cosa contra todos los gobernantes de España y la extorsión de ETA a los empresarios. Su crítica es abstracta y descontextualizada, pero bienvenida sea si les sirve para limpiar sus conciencias sucias. Ojalá se rehabiliten cuanto antes, pero yo no olvidaré jamás que no estuvieron en ninguna de las grandes manifestaciones, orgullo de todos los demócratas, de los españoles, contra la negociación de Zapatero con ETA, que tuvieron lugar entre 2005 y 2007. De todos modos, no tengo nada contra quienes quieren rehabilitarse en el espacio democrático por no haber combatido a Zapatero, que está en el mismo proyecto de ETA. Siempre tendrán de reconocer su error. Digan, sí, digan con claridad que han sido engañados por Zapatero y no pasa nada, pero, por favor, no se rehabiliten con "nocturnidad" y "oportunismo".

Entre los segundos, entre los que ya no tienen rehabilitación posible, están los tertulianos que alguna vez fueron los abanderados del PNV y, después, del socialismo reinante. Éstos están tan desprestigiados que jamás lograrán levantar el cuello. Lo suyo es reptar. Comer en las manos del poder. Aquí en este ámbito es donde parece venir a situarse a un tal Totorika y la corporación de Ermua. Un tal Totorika, socialista, alcalde del pueblo de Ermua, que participó en la creación del Foro del mismo nombre del pueblo, acusa a sus miembros de "criminalizar el diálogo" con los criminales de ETA. Es mentira. Él lo sabe, pero no es capaz de vivir como un hombre libre. Es demasiado peligroso. Prefiere seguir a la manada. Allá él, pero debería saber que los nombres, y menos los de un pueblo, no son propiedad de nadie en particular. Además, Ermua no sería nada si un inocente concejal del PP, un representante de millones de españoles, no hubiera sido asesinado por ETA.

Totorika, el alcalde, y toda su corporación, salvo los que han votado a favor del Foro Ermua, no serían nada sin el respaldo de los millones de españoles que hicieron de este pueblo su causa. Su razón de ser. Pero, lo más terrible del tal Totorika es que niega su historia de lucha por la libertad, es decir, lo único que lo dignificaba ante la comunidad. Este tal Totorika "quiere" olvidar que si él es algo, es su pasado, su pequeña historia, su biografía a favor de la libertad. Adiós, pues, Totorika. Este hombre desaparecerá envuelto en la escoria que ha traído Zapatero a España entera, incluido este pequeño pueblo, Ermua, que ha sido engrandecido, universalizado, por el Foro de su mismo nombre.

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