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Los muertos que vos matáis

Pero más allá de las declaraciones, entre el matonismo y la cantinflada, de López Garrido, De la Vega o Blanco, se esconde un hecho que el PP no debe pasar por alto: el Gobierno hoy es un Gobierno sumamente blandito.

No; no vamos a narrar las andanzas del grupo de comediantes puestos al servicio del poder, que siempre da pingües beneficios para mantener un ritmo de vida aristocrático y vividor. Y eso que podríamos hablar de sus muertos, por ejemplo, los de la dictadura castrista, que silencian a cambio de acudir a la Habana en un gratis total que incluye niños y niñas para postre. Porque puestos a hablar de genocidios y muertos, se nos ocurren demasiados que éstos ocultan bajo su pacifismo.

Vamos a hablar de la apisonadora política puesta en marcha por la izquierda del 14-M para aniquilar institucional, política y moralmente a sus oponentes a raíz de temas de seguridad y defensa. Apisonadora que dirige un PSOE que hoy navega entre el sectarismo leninista de López Garrido y el infantilismo soez de José Blanco, sin saberse muy bien a qué extremo se acerca más Zapatero. Eso sí, tienen una cosa muy clara: acabar definitivamente con el PP y Rajoy con dos asuntos obsesivos, el 11-M y la Guerra de Irak.

Pacifistas y belicistas, los dirigentes del PSOE y de constelación mediática, entendieron en 2004 que Irak y el 11-M eran su oportunidad para acabar con el PP y apartarlo del poder para siempre. Establecieron una verdad oficial: el PP era indigno de volver al gobierno, por "meternos" –que entenderá esta gente por "meter"– en Irak y por "mentirnos" –que entenderá Rubalcaba por mentir–. Desde entonces, por mucho que los populares digan que es cosa pasada, el PSOE la hace presente cada día; nada hay que pueda decir el PP que le libre del estigma de Blanco, El País o Zapatero. Nada.

Pero el PP no acaba de morir; aguanta, y goza de buena salud. Así que como remate, la izquierda resucita los espantajos de Irak ("Aznar, a los tribunales") y del 11-M ("Acebes, mentiroso"). Contra Acebes hablan de mentira basándose en un juicio en el que se está demostrando justo lo contrario, pero no es el pasado lo que importa a nuestra izquierda, sino rematar al PP en el presente.

Pero más allá de las declaraciones, entre el matonismo y la cantinflada, de López Garrido, De la Vega o Blanco, se esconde un hecho que el PP no debe pasar por alto: el Gobierno hoy es un Gobierno sumamente blandito. Bajo la masiva propaganda se esconde la incapacidad de discutir, ni siquiera de Irak y del 11-M. Pues bien, será necesario mostrar a las claras lo que hizo el Gobierno de entonces, así como qué decía, que hacía y con quién hacía Zapatero en el año 2003. Y en cuanto al 11-M, hágase la luz sobre lo que hicieron todos los actores de esta bufonada electoral.

Pero el PSOE elude el debate sobre ambos temas. Ha creído mucho tiempo muerto y finiquitado al Partido Popular, enterrado bajo la losa de Irak y del 11-M. Pero los populares están demasiado vivos, tanto que sólo les hará falta un esfuerzo para vencer a un Gobierno que, bajo la palabrería, es incapaz de resistir un solo debate con datos en la mano. Debate sobre un pasado que es un presente. Debate sobre fosas comunes y kurdos gaseados, invitados del sátrapa iraquí y resoluciones de la ONU, aliados y aliados; y debate sobre las conversaciones de Rubalcaba, sobre mensajes SMS, sobre filtraciones y sobre agit-prop. A ver quien goza realmente de buena salud y de buena memoria.

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