Menú
Álvaro Vermoet Hidalgo

Lo que sabe Esperanza Aguirre

Aguirre ha hecho aquello para lo que la votamos, sin creer a quienes se arrogan la "representatividad de la comunidad educativa", los que "saben tanto" que si fuera por ellos ni habría colegios bilingües, ni exámenes ni disciplina.

Hay una constante en la trayectoria política de Esperanza Aguirre. Cada vez que dice algo de sentido común que va en contra de los dogmas de la secta de turno, se la acusa de "no saber". Si dice que se debería estudiar a Felipe II, a Julio César o el descubrimiento de América, resulta que no sabe nada de pedagogía moderna, aunque sea de sentido común que se estudie la historia anterior al siglo XIX. Si dice que los ciudadanos tienen derecho a una educación en español también en Cataluña, es que no sabe nada de la sociedad catalana. Y si dice que los niños tienen que saber leer y escribir antes de ir al Instituto, y que eso sólo se comprueba haciéndoles leer y escribir en un examen, es que no sabe nada de evaluación.

La verdad es que el Partido Popular tenía un programa educativo muy pobre hasta los primeros años de Gobierno de José María Aznar, con Esperanza Aguirre al frente del Ministerio de Educación (segunda liberal en ocupar el cargo desde Salvador de Madariaga). Fue entonces cuando empezó a construirse la alternativa educativa del PP, que quedaría recogida en las tres reformas legislativas aprobadas por el segundo Gobierno de Aznar, con Pilar del Castillo al frente de la educación.

Cuando Esperanza Aguirre vio en los libros de texto que los alumnos en España no estudiaban Historia, impulsó el Plan de Mejora de las Humanidades, que consistía en establecer claramente qué acontecimientos históricos, qué obras literarias y qué geografía debían estudiar de forma común todos los alumnos. Y ese fue el origen de los decretos de enseñanzas mínimas que aprobó en el año 2000 el Gobierno del PP y sigue siendo el origen de la crítica del PP al recorte socialista de estas enseñanzas mínimas.

El decreto de libertad de elección de centro que impulsó Esperanza Aguirre desde Educación fue de crucial importancia en la construcción del discurso educativo del PP, pues se planteó desde el principio como lo que era, un debate ideológico, al que la derecha liberal no tenía por qué renunciar y en cuya defensa parlamentaria la Ministra citó, muy acertadamente, a Milton Friedman. Hoy, son muchos los PP municipales y autonómicos que hablan del cheque escolar, empezando por el de Madrid.

La ministra Esperanza Aguirre insistía entonces en que los alumnos pudieran seguir sus vocaciones. Propuso reformar la Selectividad, para que unas décimas en un examen general "no trunquen la vocación de una vida". Y la Ley de Universidades, una de las tres reformas aprobadas en el segundo Gobierno del PP, con Pilar del Castillo, permitía que, por ejemplo, la Facultad de Ciencias hiciera una prueba propia a los aspirantes a la carrera de Químicas, para que no pesaran igual unas décimas en la Filosofía de Bachillerato que la pasión por la Química y unos resultados brillantes en la materia.

Fue también en aquella etapa cuando cristalizó la idea, recogida después en la Ley de Calidad del segundo Gobierno del PP, de unos itinerarios al final de la Educación Secundaria que ofrecieran distintas vías de estudio desde los 14 o 15 años. Este "pre-Bachillerato" lograba evitar que la Educación Primaria se extendiera hasta los 16 años, permitiendo que los alumnos pudieran seguir sus vocaciones y tratando de erradicar así el alto índice de fracaso escolar en la enseñanza obligatoria.

En cualquier caso, el PP seguía necesitado de un discurso educativo propio en las Comunidades Autónomas, algunas de las cuales parecían ceder a los dogmas socialistas o nacionalistas. Esa alternativa liberal la ha dado Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid. La prueba más evidente es la exportación de ideas hacia otras autonomías del PP, empezando por la polémica prueba al final de la Educación Primaria: el examen de una presidenta que "no sabía" y que, en su ignorancia, creyó que debía conocerse si un alumno era capaz de leer, escribir y contar antes de ir al Instituto.

También, hay que recordar que fue la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre la que lideró la lucha de las autonomías del PP por el cumplimiento de la Ley de Calidad. Lucha que nadie interpretó como un desafío al Estado porque, hoy más que nunca desde el 2 de mayo de 1808, Madrid es el referente de la España liberal y nacional.

La ministra del decreto de libertad de elección de centro es hoy la presidenta del cheque escolar en la Educación Infantil. Y ese impulso a la libertad de enseñanza no se ha hecho a costa de la escuela pública: 1 de cada 5 colegios públicos son bilingües, todos los padres conocen los resultados de sus hijos al final de la Primaria, los centros públicos más necesitados tienen el Plan de Centros Públicos Prioritarios y se está tratando de recuperar, por primera vez, la disciplina y la autoridad del profesor.

Aguirre ha hecho aquello para lo que la votamos, sin creer a quienes se arrogan la "representatividad de la comunidad educativa", los que "saben tanto" que si fuera por ellos ni habría colegios bilingües, ni exámenes ni disciplina. La verdadera opinión de la comunidad educativa se obtiene hablando con los profesores, los directores y los padres, no reuniéndose con sindicatos, patronales, todo el tejido asociativo del PSOE y esos hooligans de la pedagogía progre que se hacen llamar "expertos". Y no se puede olvidar que la educación la financiamos todos, no sólo la "comunidad educativa" y, por tanto, la mejora de sus resultados incumbe también al simple contribuyente.

Esperanza Aguirre se ha convertido en un referente para todos los liberales españoles, dentro y fuera del mundo educativo, dentro y fuera del PP. La continuidad de esa revolución liberal-conservadora en la enseñanza que se inició en 1996 pasa por cuatro años más de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid. La reforma educativa pasa porque votemos a Aguirre todos los que "sabemos tan poco" que queremos más inglés, más exámenes, más disciplina y más libertad para elegir.

En Sociedad

    0
    comentarios